El viaje de Rut


su suegra Noemí. Rut era una joven moabita llena de energía y alegría. Había conocido a su esposo, Mahlón, en Moab y se habían casado con mucho amor.

Pero la vida les había jugado una mala pasada y ambos habían quedado viudos. Fue entonces cuando Noemí decidió regresar a Belén, su tierra natal. Cuando Noemí le dijo a sus nueras que planeaba volver a Belén, Orfá decidió regresar a Moab para estar con su familia.

Pero Rut tenía un fuerte lazo con Noemí y no quería abandonarla en esos momentos difíciles. - Rut, mi querida nuera -dijo Noemí con tristeza-. Te entiendo si decides irte también.

Mi vida en Belén será difícil y no quiero arrastrarte hacia esa incertidumbre. - Noemí, tú eres mi familia ahora -respondió Rut decidida-. A donde vayas, yo iré contigo. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios.

Las palabras de Rut emocionaron profundamente a Noemí. Juntas emprendieron el largo viaje de regreso a Belén. Cuando llegaron al pueblo, muchas personas las recibieron con alegría pero otras las miraban con curiosidad.

Noemí tenía un pariente llamado Boaz que era un hombre amable y generoso. Era dueño de muchos campos de trigo y siempre ayudaba a los más necesitados. Rut sabía que debían encontrar una forma de ganarse la vida para sobrevivir en Belén.

Un día, Rut decidió ir al campo de Boaz para reagarrar espigas de trigo. Era una costumbre antigua permitir que los pobres recolectaran las espigas que quedaban en los campos después de la cosecha. - Buenos días, señor Boaz -saludó Rut amablemente cuando llegó al campo.

- Buenos días, joven mujer -respondió Boaz con una sonrisa-. ¿Eres nueva en el pueblo? Rut le contó su historia y cómo había decidido quedarse con Noemí a pesar de las dificultades.

- Eres una mujer valiente y fuerte -dijo Boaz admirado-. Permíteme ayudarte. Puedes recolectar espigas en mi campo todo lo que necesites. Boaz se encargó de asegurarse de que Rut recibiera suficiente comida para ella y Noemí.

Además, le dio permiso para seguir reagarrando espigas durante toda la temporada de cosecha. Con el tiempo, Boaz fue sintiendo un profundo respeto y cariño por Rut. Su actitud valiente y su dedicación hacia su suegra lo habían conquistado por completo.

Un día, Boaz decidió hablar con Rut sobre sus sentimientos. - Rut, he visto tu bondad y tu amor hacia Noemí -le dijo Boaz-. Me gustaría ser tu esposo y cuidar de ti como te mereces.

Rut se sintió feliz pero también sorprendida por la propuesta. Agradecida pero indecisa, decidió consultar a Noemí antes de dar una respuesta definitiva. Noemí sabía que Boaz era un hombre honorable y generoso. Le dio su bendición a Rut para aceptar la propuesta matrimonial.

Así fue como Rut se casó con Boaz y juntos formaron una hermosa familia. Rut y Boaz tuvieron un hijo llamado Obed, quien se convirtió en el abuelo del rey David.

La historia de Rut nos enseña la importancia de ser valientes, fieles y amar a nuestra familia sin importar las dificultades que enfrentemos en la vida. Y así, Rut encontró su felicidad junto a Noemí y Boaz en Belén.

Su amor y compromiso los llevaron a vivir una vida llena de bendiciones y prosperidad. Y su historia continúa siendo recordada como un ejemplo de lealtad y coraje para todos nosotros.

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