El Viaje de Sam y Emm
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Arcoíris, dos hombres llamados Sam y Emm que se amaban mucho. Desde pequeños, compartían risas, sueños y aventuras. Era un lugar donde todo el mundo se conocía y la gente era muy amiga, pero Sam y Emm sentían que su amor era especial y, a veces, un poco distinto.
Un día, mientras paseaban por el parque, Sam le dijo a Emm: "¡Mirá esas nubes! Parecen figuras de nuestro futuro juntos." Emm sonrió y respondió: "¿Qué figuras ves, Sam?". "Una casa con jardín, una caminata por la playa, ¡un montón de cosas divertidas!"
Ambos soñaban con la vida que querían construir. Pero también hablaron de sus miedos. "¿Crees que la gente en Arcoíris nos aceptará?", preguntó Emm con cierta timidez. "Siempre hemos sido nosotros mismos, y eso es lo que importa. Además, ¡nuestro amor es tan brillante como un arcoíris!"
Esa noche, mientras miraban las estrellas, decidieron que no dejarían que nada los detuviera. Así que, con los corazones llenos de emoción, comenzaron a hacer planes. Hicieron una lista de cosas que querían lograr juntos y era extensa: desde aprender a cocinar juntos, hasta visitar lugares lejanos.
Sin embargo, al día siguiente, otros chicos del barrio comenzaron a hacer comentarios. "¿Sam y Emm? ¡No puede ser!", gritó uno. "No pueden ser más que amigos", dijo otro. Sam y Emm sintieron que el aire se les escapaba.
"Esto no puede ser verdad", dijo Sam angustiado.
"Puede que no entiendan nuestro amor como nosotros, pero eso no significa que esté mal. Ellos no saben lo que es estar enamorado", respondió Emm con su voz suave.
Decidieron que lo mejor era demostrarle a todos lo que significaba su amor, pero no a través de la confrontación, sino a través de acciones que inspiraran a otros. Se pusieron a trabajar en un proyecto: Organizar un Festival de la Amistad, donde las personas pudieran compartir lo que los unía en lugar de lo que las separaba.
Durante semanas se prepararon, diseñaron carteles coloridos, invitaron a todos los vecinos y crearon actividades divertidas como una exposición de arte y un concurso de cocina. El día del festival, el aire estaba lleno de risas. Todos se divertían, y Sam y Emm se sintieron felices al ver a su comunidad unida.
Mientras organizaban una danza en grupo, un niño se acercó a ellos y les preguntó: "¿Por qué ustedes están juntos?". Sam, con una sonrisa en su rostro, contestó: "Porque el amor viene en diferentes formas, y todas son hermosas. Como el arcoíris, cada color es especial por sí mismo, pero juntos son perfectos".
Emm añadió: "Exacto. Lo más importante es ser quienes somos y amarnos sin miedo. Así podemos ser felices e invitar a otros a serlo junto a nosotros". El niño sonrió y luego corrió a contarles a sus amigos lo que había aprendido.
El festival fue un éxito y al final del día, cuando ya no quedaba luz, Sam y Emm se sentaron juntos en un banco del parque. "Lo hicimos, mi amor. Cambiamos algunas mentes hoy", dijo Sam. "Sí, y abrimos corazones", respondió Emm.
Desde ese día, la vida en Arcoíris se llenó de más aceptación y amor. Sam y Emm no solo salvaron su amor, sino que también ayudaron a su comunidad a entender que el amor es amor, sin importar su forma. Y así, en su rincón del mundo, juntos construyeron un hogar donde siempre había risas, amor a raudales, y amigos de todas las formas y colores.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.