El viaje de Sofia al planeta Pétalus



Había una vez, en un pequeño pueblo, una niña llamada Sofía. Era una niña curiosa y valiente, siempre con ganas de descubrir cosas nuevas. Un día, mientras jugaba en su jardín, encontró un misterioso reloj antiguo escondido entre las flores. Al acercarse, notó que tenía extrañas inscripciones y un brillo especial. Tan pronto como lo tocó, un torbellino de luz la envolvió, y cuando la luz se desvaneció, Sofía se encontró en un planeta distante llamado Pétalus.

"-¿Dónde estoy?", exclamó Sofía, asombrada por la belleza de aquel lugar. El cielo era de un color violeta y las plantas eran de todos los colores del arcoíris.

A su alrededor, criaturas mágicas volaban y un grupo de niños de su edad jugaba con ellas. Uno de los niños, un chiquito de ojos brillantes, se acercó.

"-Hola, soy Lio. Bienvenida a Pétalus. Este es un planeta donde todos tienen un poder especial. ¿Cuál es el tuyo?", le dijo.

"-No estoy segura. No sé qué poder tengo", respondió Sofía con un poco de inseguridad.

"-No te preocupes, a veces hay que descubrirlo. Vamos a jugar y a explorarlo juntos. Quizás lo encuentres", sugirió Lio con una sonrisa.

Sofía se unió a Lio y a los demás niños, disfrutando de saltos y risas en el mágico paisaje de Pétalus. De repente, un grito alarmante rompió la diversión. Un zorro dorado apareció corriendo, con una expresión de preocupación.

"-¡Ayuda! ¡La fuente de los sueños ha desaparecido! Sin ella, los sueños de todos los habitantes del planeta no podrán cumplirse!", dijo el zorro, con su voz temblando.

"-¿Dónde la viste por última vez?", preguntó Lio.

"-En la cima de la montaña de cristal. Pero hay una tormenta mágica que la guarda. ¡Nadie puede acercarse!", respondió el zorro desesperado.

Sofía, llena de valor, tomó una decisión. "-Yo puedo intentarlo. Si todos tenemos un poder, tal vez el mío sea enfrentar la tormenta. ¡No podemos dejar que los sueños de todos se pierdan!"

Lio, admirado, le dijo: "-Eres muy valiente, Sofía. ¡Vamos juntos!". Así, los chicos y el zorro emprendieron el camino hacia la montaña de cristal.

Durante el trayecto, Sofía sentía que algo dentro de ella crecía. Con cada paso, su determinación aumentaba. Al llegar a la base de la montaña, una brisa fuerte comenzó a soplar, como si la tormenta mágica empezara a manifestarse.

"-Recuerden, la montaña solo cederá ante aquellos que creen en sí mismos", explicó el zorro.

Sofía cerró los ojos y recordó todos los momentos difíciles que había superado en su vida. "-Yo creo en mí, en mi fuerza y en mi valentía", murmuró. Al abrir los ojos, sintió una energía calpitar en su interior. Un resplandor emanó de su corazón hacia la tormenta, y ésta comenzaba a desvanecerse.

"-¡Lo logras! ¡Sigue!", gritó Lio, alentándola. Sofía se sentía imparable. Con cada paso que daba, la tormenta se volvía más tenue hasta que, finalmente, llegó a la cima.

Allí estaba la fuente de los sueños, brillando intensamente. "-¡La encontramos!", exclamó Sofía. Pero un dragón de escamas de arcoíris apareció, custodiando la fuente.

"-¿Por qué deberían recuperar la fuente?", rugió.

"-¡Porque sin sueños, el mundo no sería el mismo!", respondió Sofía con firmeza. "-Todos tenemos el derecho de soñar y hacer esos sueños realidad."

El dragón, sorprendido, reflexionó por un momento. "-Si tienes el coraje de enfrentarte a la tormenta, tienes el derecho a los sueños. Regístrenla, pero cuídala siempre." Entonces, el dragón se apartó y la fuente quedó libre.

Sofía y sus amigos la rodearon, llenándose de energía y deseos. Juntos, prometieron cuidar de la fuente.

"-Esto es solo el principio de nuestras aventuras. Claro que lo haremos", dijo Lio, entusiasmado. Y así, el tiempo en Pétalus fue creciendo, junto con las aventuras de Sofía, quien descubrió que su poder era la valentía y la capacidad de luchar por lo que era justo.

Sofía había viajado a un planeta distante, pero había encontrado un hogar en su corazón lleno de magia, amistad y sueños. Y cuando tocó de nuevo el reloj antiguo, supo que siempre llevaría consigo el coraje para enfrentar cualquier desafío que se le presentara, ya sea en planetas distantes o en su hogar."

FIN.

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