El Viaje de Sofía en la Máquina del Tiempo



Era un día soleado cuando Sofía, una niña curiosa y aventurera, encontró una extraña máquina en el desván de su abuela. No era una máquina cualquiera; tenía colores brillantes y botones que resplandecían como estrellas. Sofía, intrigada, decidió presionar un botón que decía "Viajar al Pasado".

De repente, un brillo la envolvió y, en un abrir y cerrar de ojos, se encontró en un lugar que nunca había visto. Al mirar a su alrededor, vio a personas bailando: unos saltando de alegría como si llevaran una bolsa llena de risas, otros moviéndose al ritmo de una melodía muy pegajosa.

- ¿Dónde estoy? - se preguntó Sofía en voz alta.

- ¡Estás en la época de los picapiedras! - le respondió un hombre de cabello alborotado, vestido como un cavernícola.

- ¡Qué divertido! - dijo Sofía, acercándose a la energía del baile. Observó cómo todos se movían al ritmo de la música con sonrisas enormes. Aunque un poco torpe, se unió a ellos tratando de imitar sus movimientos, riendo y disfrutando.

Cuando dejó atrás esa época, Sofía presionó otro botón y apareció en un bullicioso carnaval. La cumbia sonaba fuerte y había todo tipo de colores. La gente estaba vestida con trajes vibrantes, bailando bajo una lluvia de confeti.

- ¡Baila, niña! - le gritó una mujer con plumas en la cabeza.

- ¡No sé cómo! - respondió Sofía, un poco asustada.

- ¡Solo sigue el ritmo! - le dijo la mujer, levantando sus brazos al cielo. Sofía se dejó llevar y empezó a moverse al ritmo de la cumbia, riendo sin parar.

Deseosa de seguir explorando, Sofía giró otra perilla y se escuchó una melodía famosa: el tema de la máscara. La gente bailaba con movimientos graciosos y ella no pudo resistirse a unirse a ellos. Cada baile era un mundo diferente, lleno de risas y alegría.

Mientras Sofía danzaba por diferentes épocas, se dio cuenta de que cada baile contaba una historia. En una plaza, encontró a una pareja de ancianos bailando tango. Sus pasos eran precisos y llenos de pasión.

- ¡Esto es hermoso! - exclamó Sofía, dejándose encantar por la música.

- ¡El tango es magia! - le sonrió el abuelo, guiándola con su mano. Sofía intentó seguir sus pasos, aunque se tropezó varias veces. Pero, riendo, continuó, comprendiendo que el baile era un lenguaje que unía a las personas.

Luego, un brillo la llevó a una fiesta donde todos bailaban carnavalito. Saltos y giros la envolvieron, mientras una familia celebraba en círculos.

- ¡Ven, Sofía! ¡Baila con nosotros! - le invitaron los niños. Sofía saltó feliz, sintiendo el ritmo en su corazón.

Después, se encontró en una playa donde la lambada llenó el aire. La música la hizo moverse de una forma suave y seductora, sintiendo la calidez del sol.

- ¡Esto es tan libre! - exclamó mientras giraba.

Aún quedaba más por conocer. En una fiesta cultural, la energía del candombe vibraba. Los tambores resonaban en su pecho y Sofía, olvidando todo miedo, se dejó llevar por el ritmo.

- ¡Bailá con el corazón! - le gritó un hombre con un sombrero grande. Sofía sonrió, sintiendo la música como nunca antes.

Finalmente, Sofía llegó a un lugar rodeado de una multitud que bailaba el pericón nacional de Uruguay. Con banderas ondeando y risas a su alrededor, se unió al baile con alegría. Al girar y levantar los brazos, sintió que todo lo aprendido en su aventura danzante se juntaba en una sola expresión de felicidad.

Cuando ella entendió que la máquina del tiempo la había llevado a diferentes momentos, comprendió que cada baile tenía su mensaje: alegría, amistad, comunidad y tradición.

Al finalizar su travesía, Sofía regresó a su hogar, llevando consigo un corazón lleno de música y una sonrisa que nunca se borraría. Se prometió enseñar a sus amigos y familiares todos esos bailes hermosos que habían significado tanto para ella.

Desde ese día, Sofía no solo se convirtió en una gran bailarina, sino también en una embajadora de la alegría y la diversidad a través de la danza. En cada paso que daba, recordaba sus aventuras, y cada baile que compartía con los demás se transformaba en una celebración de la vida.

FIN.

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