El viaje de Sofía y las señales de tránsito


Sofía era una niña muy curiosa y aventurera. Un día, decidió emprender un emocionante viaje en bicicleta por su barrio. Mientras pedaleaba, se encontró con las señales de tránsito que guiaban a los conductores y peatones en la calle.

Al verlas, se detuvo y se puso a reflexionar. De repente, las señales cobraron vida y se transformaron en simpáticos personajes. - ¡Hola, soy Semáforo Verde! - dijo una luz verde brillante.

- Y yo soy Stop, la señal de alto - anunció un letrero octagonal rojo. Sofía se sorprendió al ver a las señales hablar. - ¿Qué hacen aquí? - preguntó con asombro.

- Estamos aquí para cuidar y proteger a todos los que transitan por la calle - explicó Ceda el Paso, una señal triangular. Encantada por esta peculiar situación, Sofía decidió hacerles compañía en su viaje. Juntos, recorrieron el barrio, enfrentando desafíos como cruzar la calle con precaución, respetar los semáforos y detenerse en los cruces peatonales.

Sin embargo, su travesía se complicó cuando Semáforo Rojo sufrió un desperfecto y quedó atascado en rojo, deteniendo el tráfico. - ¡Oh no, esto es un problema! - exclamó Sofía preocupada.

Pero rápidamente, Semáforo Verde y Stop unieron fuerzas para dirigir el tránsito y mantener a todos seguros. Sofía, inspirada por la solidaridad de las señales, tuvo una brillante idea. Con la ayuda de su caja de herramientas, reparó a Semáforo Rojo y lo puso nuevamente en funcionamiento.

Todos los vecinos aplaudieron su valentía y astucia. Al final del día, Sofía se despidió de sus nuevos amigos y regresó a casa, sabiendo que había aprendido importantes lecciones sobre seguridad vial y trabajo en equipo.

Desde entonces, siempre recordó la importancia de respetar las señales de tránsito y de ayudar a otros en momentos de dificultad.

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