El Viaje de Sofía y Su Perro Dulce
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Sofía. Sofía era una gran amante de los libros y tenía un dulce perrito llamado Toby. Un día, mientras estaba en el parque, leyendo entretenidamente su libro favorito bajo un árbol frondoso, escuchó a su amigo Nicolás que la llamaba.
"¡Sofía! ¡Mirá lo que encontré!" - gritó Nicolás con entusiasmo, mostrando un viejo mapa.
"¿De dónde lo sacaste?" - preguntó Sofía, intrigada.
"Era de mi abuelo. Dice que hay un árbol mágico en el bosque, y quien lo encuentre puede hacer un deseo. ¿Vamos a buscarlo?" - sugirió Nicolás.
Sofía sintió una chispa de emoción en su corazón y asintió con la cabeza. Toby también movió la cola, como si entendiera que una aventura estaba en el horizonte. Juntos decidieron que el día siguiente sería perfecto para comenzar su viaje.
Al amanecer, Sofía empacó en una pequeña mochila algunos libros, agua y galletitas para compartir, mientras que Nicolás, que vivía un par de casas más allá, hizo lo mismo. Al llegar a la casa de Nicolás, Sofía se sorprendió al ver un auto familiar que no había visto antes.
"¿Quiénes son esos?" - preguntó, mirando hacia el auto.
"Mis tíos. Aunque no puedo irme con ellos, me dejaron usar el auto para nuestro viaje. ¡Vamos, será más rápido!" - respondió Nicolás, feliz.
Se subieron al auto con Toby emocionado en el asiento trasero. Mientras avanzaban, Sofía se fue sumergiendo en sus libros entre los ratos de charlas acerca del árbol mágico.
Después de un buen rato de viaje, llegaron al bosque. Pero, cuando comenzaron a buscar el árbol, se dieron cuenta de que todo parecía igual con tantos árboles altos a su alrededor.
"No sé por dónde empezar a buscar" - dijo Sofía, un poco desanimada.
"Podríamos hacer un mapa del lugar" - sugirió Nicolás.
Sofía sacó su lápiz y comenzó a dibujar con anotaciones. Tras un tiempo, encontraron un árbol con un tallado claro de una estrella en su tronco. Nicolás, emocionado, dijo:
"¡Mirá! Este debe ser el árbol mágico. Vamos a hacerlo un deseo juntos. ¿Qué deseás?" - preguntó.
Sofía, pensativa, vio a Toby correr alrededor del árbol y en ese instante se dio cuenta de lo que realmente quería.
"Deseo que siempre tengamos aventuras en la naturaleza y que seguimos explorando juntos con nuestros sueños. ¡Y que Toby siempre esté con nosotros!" - dijo riendo.
Nicolás sonrió y asintió, levantando su mano para unirse a Sofía.
"¡Yo también!" - exclamó. Ambos tocaron el árbol al mismo tiempo y una suave brisa comenzó a soplar, llenándolos de alegría.
Pensaron que nada había cambiado, pero en el fondo, sabían que lo mágico estaba en ellos, en su amistad, en otras aventuras y en sus ganas de aprender más sobre el mundo alrededor de ellos.
Mientras regresaban al auto, Sofía comentó:
"No necesitábamos un deseo mágico... ¡ya tenemos todo aquí!" - alzó la mano para mostrarle a Toby que quería jugar con él.
Nicolás asintió, comprendiendo que las verdaderas aventuras eran aquellas que compartían y no necesariamente aquellas que se pedían. Así, antes que cayera el sol, decidieron sacar el libro de cuentos que Sofía había traído y leyeron en voz alta llenando el bosque con risas e historias.
Cuando se pusieron en camino de regreso, Sofía miró hacia el horizonte y sonrió, no solo por el viaje, sino por lo que estaba por venir, sabiendo que su mejor aventura apenas comenzaba.
FIN.