El Viaje de Sombra



Había una vez un gato negro con manchas blancas llamado Sombra. Él vivía en un pequeño departamento con su dueña, una niña llamada Sofía, en una bulliciosa ciudad llena de luces y sonidos. Sombra era curioso y siempre soñaba con explorar el mundo más allá de la ventana.

Un día, mientras Sofía estaba ocupada haciendo sus tareas, Sombra decidió que era el momento perfecto para salir a investigar. Con un ágil salto, salió por la ventana y se encontró vagando en la vasta ciudad.

"¡Wow! ¡Qué grande y colorida es la ciudad!" - pensó Sombra, asombrado por todo lo que veía.

Comenzó a caminar, disfrutando de los aromas y los ruidos. Pronto, se encontró con un grupo de palomas.

"Hola, Sombra, ¿de dónde eres?" - preguntó una paloma.

"Soy de un departamento cercano. Me llamo Sombra y me perdí. ¿Podrían ayudarme a encontrar el camino a casa?"

"Claro, pero primero, ¡únete a nosotros en una carrera!" - dijo otra paloma.

Sombra, emocionado, aceptó. Corrieron y volaron alrededor del parque, muy feliz. Sin embargo, cuando se detuvo, se dio cuenta de que ya no sabía cómo regresar.

"¡Oh no! Ahora estoy más perdido que antes!" - exclamó Sombra, alarmado.

Continuó su camino, intentando recordar la dirección de su casa. En su viaje, conoció a muchos otros animales: un perro alegre llamado Rocky, una astuta ardilla llamada Lila y un sabio búho que vivía en un viejo árbol.

"Rocky, ¿sabes cómo regresar a casa?" - le preguntó Sombra.

"Tal vez, si me ayudas a encontrar mi pelota primero. Me perdí jugando en el parque. ¿Te parece?" - dijo Rocky.

Sombra aceptó sin pensarlo. Juntos buscaron por todos lados hasta que finalmente encontraron la pelota detrás de un arbusto. Rocky estaba tan feliz que decidió ayudar a Sombra a encontrar su hogar.

"Gracias, amigo. Ahora sé que aquí no estoy solo. ¡Vamos!" - dijo Sombra con una sonrisa.

Después de un buen rato explorando y ayudando a otros, Sombra se encontró con Lila, que estaba tratando de abrir una nuez.

"Hola, Lila, ¿necesitas ayuda?" - preguntó Sombra.

"Sí, pero estoy muy ocupada. Quizás después de que la abra..." - dijo Lila frustrada.

Sombra se acercó y usó sus garras para ayudarla a abrir la nuez. Lila aprovechó y, llena de alegría, le prometió que también lo ayudaría a encontrar su camino de regreso a casa.

Finalmente, Sombra se dirigió hacia el árbol donde estaba el búho.

"Señor Búho, tengo que volver a casa, pero estoy un poco perdido. ¿Podrías ayudarme?" - le preguntó Sombra.

"Claro, querido, pero primero debes aprender a observar y a escuchar. El camino a casa está más cerca de lo que piensas." - respondió el búho.

Sombra miró alrededor, prestando atención a los pequeños detalles, como la dirección del viento y el sonido de las voces. Poco a poco, comenzó a darse cuenta de que podía recordar! Siguiendo su instinto, se despidió de sus nuevos amigos.

Después de un largo camino, Sombra finalmente reconoció un edificio familiar.

"¡Mira! Ahí está mi casa!" - gritó emocionado. "¡Gracias, amigos!"

Al regresar, corrió hacia la ventana y saltó hacia el interior justo cuando Sofía lo estaba buscando, preocupada.

"¡Sombra! ¡Te estaba buscando!"

Sombra se acomodó en su regazo y, con un suave ronroneo, le contó sobre su asombroso viaje y sus nuevos amigos. Sofía sonrió, escuchando atentamente.

Desde ese día, Sombra aprendió que a veces perderse puede llevarte a grandes aventuras, pero siempre es bueno tener amigos a tu lado para ayudarte a encontrar el camino de regreso a casa. Y lo más importante de todo, ¡nunca dejar de explorar el mundo que nos rodea!

Y así, Sombra vivió feliz, recordando siempre su gran aventura en la ciudad.

FIN.

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