El Viaje de Tarek por el Amazonas



En un pequeño pueblo a orillas del río Amazonas en Venezuela, vivía un niño indígena llamado Tarek. A sus 9 años, Tarek era curioso y valiente. Siempre soñaba con explorar la inmensa selva y conocer más sobre su gente y sus tradiciones. Un día, decidió que era hora de cruzar el río y visitar a su abuela Wuayi, quien vivía en la otra orilla.

Tarek se preparó con su mochila, llevándose una pequeña canasta con frutas frescas y un poco de agua. Al llegar a la orilla, observó que el río era amplio y caudaloso, pero no le tenía miedo. Con determinación, buscó un tronco flotante y, tras un poco de esfuerzo, logró cruzar a nado.

"¡Voy a ver a mi abuela!" - gritó Tarek, mientras nadaba con todas sus fuerzas.

Una vez que llegó al otro lado, se sintió emocionado. La selva era un lugar mágico, lleno de sonidos de animales y el susurro de las hojas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no sabía exactamente cómo llegar a la casa de su abuela.

Mientras caminaba por un sendero cubierto de hojas, se encontró con un pequeño mono. El animal lo miró con curiosidad.

"¿Dónde está la casa de la abuela Wuayi?" - le preguntó Tarek, con la esperanza de que el mono pudiera ayudarlo.

El mono pareció entenderlo y comenzó a moverse entre los árboles, como invitándolo a seguirlo. Tarek, emocionado, decidió seguir al pequeño guía. Pasaron por ríos cristalinos y enormes árboles que parecían tocar el cielo. Pero, a medida que avanzaban, el cielo comenzó a nublarse y un viento fuerte agitó la selva.

"¡Oh no!" - exclamó Tarek. "No quiero perderme en la tormenta."

El mono se detuvo y miró hacia atrás. Entonces, de repente, Tarek escuchó una voz familiar.

"¡Tarek!" - llamaba su abuela Wuayi, que apareció entre los árboles.

"¡Abuela!" - gritó Tarek, corriendo hacia ella con una sonrisa. Wuayi lo abrazó fuertemente.

"Estaba preocupada por ti, hijo. ¿Cómo cruzaste el río?"

"Fui valiente y nadé, abuela. Quería verte y conocer más sobre nuestra cultura," - dijo Tarek, lleno de orgullo.

Wuayi lo miró con ternura y dijo:

"Eres un niño fuerte y sabio, Tarek. A veces la selva puede ser peligrosa, pero siempre hay formas de encontrar el camino si confías en ti mismo y en la naturaleza."

Tarek y su abuela se acomodaron en su casa de madera, que estaba decorada con hermosos tejidos y pinturas de los ancestros. Wuayi le contó historias sobre sus antepasados, sobre cómo aprendieron a vivir en armonía con la selva, a cuidar el agua y a respetar a los animales.

"La selva es nuestra madre," - decía Wuayi, "Nos da lo que necesitamos, pero también espera que la cuidemos a cambio."

Esa noche, bajo un cielo estrellado, Tarek se sintió afortunado por haber cruzado el río. Aprendió que cada desafío trae consigo grandes aprendizajes y que su conexión con la naturaleza lo hacía parte de algo más grande.

"Prometo cuidar de nuestra tierra, abuela" - le afirmó Tarek, decidido a ser un protector de la selva.

Y así, durante su visita, Tarek no solo fortaleció el lazo con su abuela, sino que también se llenó de sabiduría y amor por su cultura y su hogar. Al día siguiente, antes de regresar, Tarek se despidió de Wuayi, prometiendo que llevaría siempre su legado en el corazón.

Cuando cruzó de nuevo el río, lo hizo con una sonrisa, sabiendo que siempre hallaría el camino de regreso a su abuela y a la riqueza de su herencia cultural.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!