El viaje de Tito hacia la felicidad


Había una vez en un bosque frondoso, un árbol muy especial llamado Tito. Era el más alto y fuerte de todos los árboles del lugar, y siempre estaba lleno de vida con sus hojas verdes y frutos sabrosos.

Un día, mientras Tito disfrutaba del sol, escuchó unos gritos desesperados que venían desde la orilla del mar. Se acercó para averiguar qué sucedía y encontró a una foca varada en la playa.

La pobre criatura estaba llorando porque no podía volver al agua. Tito se ofreció a ayudarla. Con sus ramas extendidas como brazos, logró empujar a la foca hasta el agua otra vez. Fue entonces cuando la foca le dijo:"Gracias por salvarme amigo árbol.

Soy Fernanda, ¿cómo puedo recompensarte?"Tito sonrió amablemente. "No necesitas nada a cambio Fernanda, solo asegúrate de ser feliz. "La foca se sumergió en el mar y desapareció de vista.

A medida que pasaban los días, Tito notaba que algo extraño estaba sucediendo con él. Sus raíces comenzaron a moverse sin control como si tuvieran vida propia. Entonces recordó las palabras de Fernanda: "asegúrate de ser feliz".

De repente, Tito sintió una fuerza desconocida que lo impulsaba hacia arriba cada vez más alto hasta llegar al cielo nocturno donde vio una hermosa estrella brillante llamada Estrella Lila. "¿Quién eres?" preguntó Tito sorprendido"Soy Estrella Lila", respondió ella.

"Y tú, ¿quién eres?""Soy Tito, el árbol más fuerte y alto del bosque", se presentó. "¡Qué maravilla! Pero dime Tito, ¿eres feliz?" preguntó Estrella Lila con curiosidad. Tito no supo qué responder. Nunca había pensado en eso antes. "No lo sé", respondió finalmente.

"Entonces tienes que encontrar la respuesta a esa pregunta", dijo Estrella Lila sabiamente. "Solo cuando encuentres tu felicidad verdadera podrás cumplir tu propósito". Con esta frase resonando en su cabeza, Tito decidió emprender un viaje para descubrir lo que le hacía feliz.

En su camino se encontró con una ballena varada en la playa y una niña perdida en el bosque. Con su fuerza y determinación logró ayudarlas a ambas a regresar a sus hogares sanas y salvas.

Finalmente, después de mucho buscar, Tito comprendió que su felicidad estaba en ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Regresó al bosque donde todos sus amigos lo recibieron con alegría y gratitud por haber sido tan valiente y generoso.

Desde entonces, Tito vivió feliz sabiendo que su propósito era hacer el bien sin importar las circunstancias. Y Fernanda la foca siempre recordaría aquel día cuando un árbol amable le salvó la vida para siempre.

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