El viaje de Tomás
Había una vez un hombre llamado Tomás, que vivía solo en una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Él no tenía amigos ni familiares cercanos y pasaba sus días trabajando en su jardín y leyendo libros.
Un día, mientras caminaba por una calle oscura después de comprar algunos víveres, un robot apareció frente a él. Tomás se sorprendió mucho al verlo allí parado. "Hola, humano.
¿Te gustaría venir conmigo a otra dimensión?" - preguntó el robot con voz mecánica. Tomás no sabía qué pensar. Nunca había escuchado hablar sobre otras dimensiones y no estaba seguro si era seguro ir con el robot.
"¿Por qué querría ir a otra dimensión?" - preguntó Tomás dudoso. "Allí podrás encontrar tecnología avanzada que cambiará tu vida para siempre. " - respondió el robot convencido. Tomás pensó durante unos segundos antes de decidir seguir al robot hacia la misteriosa dimensión.
El robot lo llevó a través de un portal brillante y cuando llegaron del otro lado, Tomás quedó asombrado por lo que vio: edificios futuristas, vehículos voladores y robots realizando tareas humanas.
El robot llevó a Tomás al centro de la ciudad donde le mostró todo tipo de dispositivos tecnológicos impresionantes como hologramas interactivos y robots inteligentes capaces de hacer cualquier tarea imaginable. "¡Increíble!" - exclamó Tomás emocionado ante todas las maravillas tecnológicas que veía.
Pero luego el robot le ofreció algo aún más sorprendente:"Si te quedas aquí, te permitiré vivir para siempre. "Tomás estaba asombrado. Vivir para siempre era algo que nunca había imaginado posible. "¿Cómo es eso posible?" - preguntó Tomás con una sonrisa en su rostro.
"En esta dimensión, tenemos la tecnología necesaria para transferir tu conciencia a un cuerpo robótico y así podrás vivir por siempre. "- explicó el robot. Tomás se emocionó ante la idea de ser inmortal y aceptó quedarse en la dimensión tecnológica.
Pero después de unos días, comenzó a extrañar su vida anterior. Extrañaba trabajar en su jardín y leer libros bajo el sol. Extrañaba los pequeños placeres de la vida que antes daba por sentado.
Finalmente, Tomás decidió regresar a su mundo original pero con una nueva perspectiva sobre lo importante que era encontrar un equilibrio entre la tecnología y las cosas simples de la vida.
A partir de ese día, Tomás comenzó a involucrarse más en su comunidad local y hacer nuevos amigos. Aprendió que aunque la tecnología puede ser emocionante e impresionante, no puede reemplazar las relaciones humanas ni los momentos cotidianos que hacen feliz a uno mismo.
Así fue como Tomás encontró un nuevo propósito en su vida gracias al viaje que hizo hacia otra dimensión gracias al robot.
FIN.