El Viaje de Tomás
Tomás era un niño muy curioso y soñador. Siempre se preguntaba qué había más allá del cielo y las nubes, y un día decidió que quería visitar las estrellas.
"Mamá, ¿cómo puedo llegar a las estrellas?"- preguntó Tomás mientras cenaban en la mesa. "Bueno hijo, ir al espacio es algo muy difícil pero no imposible. ¿Has escuchado de la NASA? Ellos son los encargados de explorar el espacio"- respondió su mamá con una sonrisa.
"¡Sí! ¡Quiero ser astronauta!"- exclamó Tomás emocionado. A partir de ese momento, Tomás comenzó a investigar todo lo que podía sobre la NASA. Leía libros, veía documentales y hasta hacía experimentos caseros para entender mejor cómo funcionaban los cohetes espaciales.
Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, vio una nave espacial pasar por encima de ellos. Todos quedaron asombrados al verla volar tan alto en el cielo.
"¡Miren! ¡Es una nave espacial! ¡Me voy a subir a ella para visitar las estrellas!"- gritó Tomás emocionado mientras señalaba hacia arriba. Pero sus amigos no creyeron que fuera posible y se rieron de él. Eso hizo que Tomás se sintiera triste y desanimado.
Pero su mamá le recordó que nunca debía rendirse ante los obstáculos y seguir luchando por sus sueños. Así que Tomás decidió hacer algo al respecto. Comenzó a construir su propia nave espacial con materiales reciclables como cartón y papel.
Pasó horas pegando y pintando cada detalle hasta que finalmente su nave estaba lista. "Mamá, ¡mi nave está lista para despegar! ¿Me acompañas?"- preguntó Tomás emocionado. "Claro hijo, siempre estaré a tu lado"- respondió su mamá con una sonrisa.
Tomás subió a su nave espacial y se preparó para despegar hacia las estrellas. Cerró los ojos fuerte y gritó "¡despegue!" mientras empujaba la palanca de control.
De repente, la nave comenzó a moverse y Tomás abrió los ojos sorprendido. "¡Estamos en el espacio! ¡Vamos hacia las estrellas!"- exclamó Tomás emocionado mientras miraba por la ventana de la nave. Pero pronto se dio cuenta de que había un problema.
La nave comenzó a perder altura y caer hacia la Tierra. Tomás no sabía qué hacer pero recordó algo importante: nunca rendirse ante los obstáculos. Así que decidió utilizar su ingenio para arreglar la nave antes de que fuera demasiado tarde.
Buscando entre sus herramientas, encontró una llave inglesa que le permitió ajustar algunos tornillos flojos en el motor de la nave. Finalmente, después de mucho esfuerzo, logró arreglarla y continuar el viaje hacia las estrellas.
Al llegar allí, Tomás quedó maravillado al ver lo hermoso que era el universo desde tan lejos. "¡Es increíble! ¡Nunca me imaginé algo así!"- dijo asombrado mientras miraba por la ventana. Pero entonces ocurrió algo inesperado.
Una lluvia de meteoritos comenzó a caer sobre su nave, dañándola y poniendo en peligro su vida. Tomás se asustó mucho pero recordó lo que su mamá siempre le decía: nunca rendirse ante los obstáculos.
Así que decidió utilizar sus conocimientos para reparar la nave y volver a casa sano y salvo. Finalmente, después de una gran aventura, Tomás regresó a la Tierra convertido en un verdadero héroe. Sus amigos lo miraron con admiración mientras contaba sus experiencias en el espacio.
"Nunca pierdan la esperanza ni se rindan ante los obstáculos. Siempre hay una solución si trabajamos duro y utilizamos nuestra creatividad"- dijo Tomás antes de despedirse de sus amigos.
Y así fue como Tomás logró cumplir su sueño de visitar las estrellas y enseñarles a todos una valiosa lección sobre perseverancia e ingenio.
FIN.