El viaje de Tomás
Había una vez en un día soleado, en un hermoso parque rodeado de árboles verdes y flores de colores brillantes, un niño llamado Tomás.
Tomás era un niño curioso y aventurero al que le encantaba leer cuentos y aprender cosas nuevas. Un día, mientras paseaba por el parque, encontró un libro antiguo y polvoriento debajo de un árbol. Al abrirlo, descubrió que era una Biblia.
Tomás nunca había leído la Biblia antes, pero decidió sentarse en el césped y comenzar a hojear sus páginas. A medida que leía las historias llenas de enseñanzas sobre amor, bondad y valentía, se sumergió en un mundo mágico donde los milagros eran posibles.
De repente, una luz brillante envolvió a Tomás y lo transportó al interior del libro. Se encontró caminando por desiertos junto a Moisés, compartiendo panes y peces con Jesús e incluso salvando animales junto a Noé en el arca.
"¡Esto es increíble!", exclamaba Tomás maravillado mientras vivía todas esas aventuras. Pero no todo serían risas y diversión dentro del libro. Pronto se enfrentaría a desafíos que pondrían a prueba su coraje y determinación.
En una de las historias, se encontró con David enfrentando al gigante Goliat. Tomás sintió miedo ante la imponente figura del gigante, pero recordó las palabras de David: "El Señor está conmigo; no temeré". Con valentía, Tomás ayudó a David lanzando una piedra que derribó a Goliat.
La multitud estalló en aplausos y celebraciones por la victoria del pequeño sobre el gigante. "¡Lo logramos! ¡Somos invencibles cuando confiamos en nosotros mismos!", gritaba Tomás emocionado.
Después de vivir tantas aventuras emocionantes dentro de la Biblia, la luz brillante regresó para llevarlo de vuelta al parque donde todo comenzó. Con el corazón lleno de gratitud por todas las enseñanzas recibidas, Tomás cerró el libro con cuidado y se levantó para regresar a casa.
Desde ese día en adelante, Tomás recordaría siempre las lecciones aprendidas en aquel viaje mágico: la importancia de creer en uno mismo, la fuerza que brinda la fe inquebrantable y el valor necesario para enfrentar los desafíos con valentía.
Y así fue como aquel día soleado leyendo la Biblia se convirtió en una experiencia inolvidable que inspiraría a Tomás a ser siempre mejor persona cada día.
FIN.