El viaje de Tomás al Infierno


Tomás era un chico como cualquier otro, alegre y curioso. Un día, se quedó dormido leyendo un libro de literatura y de repente se vio envuelto en un sueño muy extraño.

Se encontraba en un lugar oscuro y tenebroso, rodeado de extrañas criaturas. De repente, apareció ante él un ser misterioso, con alas y una mirada penetrante. Era Virgilio, el poeta, quien le dijo: '¡Hola, soy Virgilio! Te llevaré en un recorrido por el Infierno'.

Tomás quedó sorprendido, pero emocionado por la aventura que estaba por vivir. - ¡Vamos, Tomás! - dijo Virgilio. Tomás siguió a Virgilio y juntos empezaron el recorrido por el Infierno. Pasaron por distintos círculos donde se encontraron con almas atormentadas por sus propios pecados.

En el primer círculo, vieron a personas que habían cometido pecados de lujuria, en el segundo círculo a los que habían sido codiciosos, en el tercero a los glotones, y así sucesivamente.

A medida que avanzaban, Tomás se dio cuenta de las consecuencias de las malas decisiones y cómo influyen en el destino de las personas. Finalmente, llegaron al centro del Infierno, donde se encontraba Lucifer, el ángel caído. - ¡Es hora de regresar, Tomás! - dijo Virgilio.

Tomás se despertó con una mezcla de miedo y admiración por lo que había vivido. A partir de ese día, Tomás comprendió la importancia de tomar decisiones correctas y ser una buena persona, recordando siempre su increíble aventura en el Infierno.

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