El viaje de Trompita por el bosque africano



Había una vez en el profundo bosque de África, una familia de elefantes que vivía felizmente entre los árboles y los ríos. Mamá Elefanta, Papá Elefante y su pequeño bebé elefante llamado Trompita eran muy unidos.

Un día, mientras jugaban cerca del río, Trompita vio a lo lejos a unos hipopótamos chapoteando y riendo. "- ¡Mamá, papá! ¿Quiénes son esos animales tan grandes y graciosos? Quiero conocerlos", dijo emocionado Trompita.

Pero Mamá Elefanta y Papá Elefante se preocuparon al escuchar la petición de su hijo. Sabían que los hipopótamos podían ser impredecibles y peligrosos si no se les trataba con cuidado. "- No, Trompita.

Es mejor que te quedes aquí con nosotros en el bosque donde es seguro", respondió Mamá Elefanta con voz tranquila pero firme. Trompita suspiró desanimado, pero su curiosidad por los hipopótamos seguía creciendo cada día más.

Decidió entonces idear un plan para poder acercarse a ellos sin que sus padres lo supieran. Una mañana temprano, cuando sus padres aún dormían, Trompita decidió aventurarse solo hacia el lugar donde solían estar los hipopótamos.

Con paso lento pero decidido, cruzó el bosque sigilosamente hasta llegar al río donde habitaban estos animales tan peculiares. Al acercarse al agua, Trompita vio a Hipolito, el hipopótamo más amable de todos ellos. Hipolito notó al pequeño elefantito observándolo con curiosidad y se acercó lentamente hacia él.

"- ¡Hola amigo elefantito! ¿Qué te trae por aquí tan lejos de tu hogar?", preguntó Hipolito con una sonrisa amigable. Trompita explicó que siempre había querido conocer a los hipopótamos porque le parecían fascinantes y divertidos.

Hipolito rió con alegría y decidió presentarle al resto de su familia hippo. Durante días, Trompita visitaba a sus nuevos amigos hipopótamos en secreto mientras seguía siendo cuidadoso para no preocupar a sus padres elefantes.

Sin embargo, un día mientras regresaba a casa después de una visita especial con Hipolito, se encontró cara a cara con Mamá Elefanta quien lo esperaba preocupada en la entrada del bosque.

"- ¡Trompita! ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¡Te hemos estado buscando por todas partes!", exclamó Mamá Elefanta abrazando tiernamente a su hijo. Trompita bajó la cabeza avergonzado pero valiente admitió la verdad sobre sus visitas secretas a los hipopótamos.

Para sorpresa del pequeño elefantito, en lugar de regañarlo o castigarlo como temía, Mamá Elefanta lo abrazó con amor y orgullo en sus ojos. "- Entendemos tu curiosidad e interés por conocer nuevas criaturas amigables como los hipopótamos. Pero recuerda siempre ser cauteloso y contar con nuestra compañía para explorar juntos este hermoso bosque", dijo Mamá Elefanta dulcemente.

Desde ese día en adelante, Trompita aprendió la importancia de compartir sus aventuras con su familia mientras continuaba cultivando amistades tanto dentro como fuera del reino de los elefantes.

Y así descubrió que la verdadera valentía reside en la honestidad consigo mismo y aquellos que más nos quieren.

FIN.

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