El viaje del árbol y la manzana


Había una vez un árbol llamado Arbolito que vivía en un hermoso bosque. Aunque era muy alto y fuerte, siempre se sentía triste porque no tenía amigos con quienes hablar.

Un día, mientras el sol brillaba intensamente sobre el bosque, una dulce manzana llamada Mansanita cayó del árbol cercano y rodó hasta los pies de Arbolito.

El árbol se sorprendió al verla y le preguntó:"¡Oh! ¿Quién eres tú?"La mansanita sonrió y respondió:"¡Hola! Soy Mansanita, la manzana más dulce del bosque. Me caí de mi árbol y me perdí. ¿Podrías ayudarme a encontrar mi camino de regreso a casa?"Arbolito sintió empatía por la pequeña manzana y decidió ayudarla.

Juntos, comenzaron a explorar el bosque en busca del árbol de Mansanita. Mientras caminaban, se encontraron con diferentes personajes del bosque: Conejito Saltarín, Pajarito Trinador y Ardillita Veloz. Todos ellos se unieron a la búsqueda de manera entusiasta.

Después de mucho buscar, finalmente encontraron el hogar de Mansanita. Estaba rodeado por otros manzanos llenos de frutas jugosas y coloridas. Mansanita estaba feliz de haber encontrado su hogar nuevamente pero no quería dejar atrás a sus nuevos amigos.

Entonces tuvo una idea brillante:"¿Qué tal si pedimos permiso para quedarnos aquí? Sería maravilloso tener este lugar como nuestro refugio". Todos estuvieron de acuerdo con la idea y fueron a hablar con el árbol más grande del lugar, llamado Don Manzano. "¡Don Manzano, señor! -dijo Arbolito-.

Nos hemos perdido en el bosque y encontramos este hermoso lugar. ¿Podríamos quedarnos aquí?"Don Manzano los miró con bondad y respondió:"Por supuesto, queridos amigos. Este bosque siempre está abierto para aquellos que necesiten un hogar.

Serán bienvenidos". Desde ese día, Arbolito, Mansanita, Conejito Saltarín, Pajarito Trinador y Ardillita Veloz vivieron felices en su nuevo hogar.

Juntos disfrutaron de las estaciones del año: jugando bajo la lluvia en primavera, tomando siestas bajo el cálido sol del verano, saltando entre las hojas caídas en otoño y construyendo refugios acogedores durante el invierno.

Arbolito aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ayudar a los demás y cómo la amistad puede hacer que incluso los días más oscuros sean brillantes y llenos de alegría. Y así fue como Arbolito encontró calor en su corazón gracias a Mansanita dulce y juntos crearon un hermoso hogar donde todos eran bienvenidos. Fin.

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