El viaje del arcoíris
Había una vez en un lejano bosque, tres amigos muy especiales: Rojito, Verdey y Azulito. Cada uno de ellos representaba un color diferente y juntos formaban el trío más inseparable del lugar.
Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con una hada mágica que les dijo:- ¡Hola queridos amigos! He oído hablar de su amistad y les traigo un desafío. Deberán recorrer juntos el arcoíris para demostrar la fuerza de su vínculo.
Los tres amiguitos se miraron emocionados y aceptaron el reto sin dudarlo. La hada los llevó hasta el inicio del arcoíris y les explicó que debían atravesar cada color con valentía y sabiduría.
Comenzaron su aventura ascendiendo por el rojo intenso del primer arcoíris. En ese momento, Rojito recordó lo importante que era la pasión en la vida y animó a sus amigos a seguir adelante con entusiasmo. Luego llegaron al verde esperanza del segundo arcoíris.
Verdey les recordó lo fundamental que era mantener la calma en momentos difíciles y cómo la naturaleza siempre brindaba nuevas oportunidades. Finalmente, alcanzaron el azul serenidad del tercer arcoíris.
Azulito les habló sobre la importancia de la confianza mutua y cómo juntos podían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Al llegar al final del arcoíris, la hada los felicitó emocionada:- ¡Han demostrado ser verdaderos amigos! Su unión los hizo más fuertes y lograron completar este desafío juntos.
Los tres amigos se abrazaron felices, agradeciendo haber vivido esta maravillosa experiencia que fortaleció aún más su amistad. Desde ese día, siguieron explorando nuevos horizontes llenos de colores y aventuras inolvidables.
Y así es como Rojito, Verdey y Azulito descubrieron que los colores no solo alegran nuestro mundo exterior, sino también nuestro mundo interior cuando aprendemos a valorarlos en compañía de buenos amigos.
FIN.