El viaje del bebé canguro
Había una vez en un hermoso bosque de Australia, un dulce y curioso bebé canguro llamado Candombito. Candombito vivía junto a su mamá en un acogedor bolsillo en el vientre de ella. Un día, mamá canguro le dijo a Candombito: "Hoy, mi querido saltarín, vamos a dar un paseo por el bosque y descubrir la belleza de la naturaleza". Emocionado, Candombito saltó de alegría y se preparó para la aventura. Mamá canguro continuó: "Vamos a visitar el río, donde podrás refrescarte, el bosque para explorar y las flores para conocer sus colores y fragancias".
Empezaron su viaje, saltando entre los árboles y disfrutando de la fresca brisa del bosque. En su camino, se encontraron con algunos amigos como Kookaburra, el pájaro riachuelo, quien les contó chistes divertidos. Luego, se toparon con Wombat, el simpático animal excavador, quien les enseñó a buscar deliciosas raíces. Candombito estaba emocionado de conocer a nuevos amigos y de aprender sobre las maravillas del bosque.
Finalmente, llegaron al hermoso río, donde Candombito pudo chapotear y saltar. Mientras jugaba, observó cómo las hojas flotaban suavemente en el agua y cómo los peces nadaban con gracia. Mamá canguro le explicó la importancia de cuidar el río y respetar a sus habitantes. Después de refrescarse, se dirigieron hacia un claro lleno de brillantes y coloridas flores. Candombito se maravilló con la diversidad de tonalidades y olores. Mamá canguro le enseñó a identificar algunas de las flores y a respetar su delicadeza.
De regreso a casa, Candombito se sentía agradecido por el maravilloso día que había tenido. Mamá canguro le dijo: "Recuerda, querido Candombito, que la naturaleza es nuestra amiga y debemos cuidarla y protegerla siempre". Candombito asintió con una gran sonrisa en su rostro, prometiendo seguir el consejo de su mamá.
Desde ese día, Candombito se convirtió en un defensor de la naturaleza, compartiendo con todos los animales del bosque la importancia de cuidar el río, el bosque y las flores. Su amor por la naturaleza se extendió por todo el bosque, inspirando a otros animales a unirse a su causa.
Y así, con el correr de los días, el bosque se convirtió en un lugar aún más hermoso y armonioso, gracias al espíritu protector y educativo del valiente Candombito, el bebé canguro.
FIN.