El viaje del caracol y el escarabajo



En un hermoso jardín, vivía un caracol llamado Cosme. Cosme siempre había sentido curiosidad por saber de dónde salía el sol, ya que siempre veía su resplandor pero nunca encontraba el origen. Decidió emprender un largo viaje para descubrirlo. Durante muchos días, recorrió el jardín esforzándose por llegar al lugar donde nacía la luz. Sin embargo, mientras avanzaba, empezó a sentir un dolor punzante en su barriguita. Se detuvo, preocupado por su malestar, y recordó que su mamá le había contado que el poleo era bueno para aliviar el dolor de estómago. Buscó una planta de poleo, pero no lograba alcanzar las hojas con su concha. Entonces, apareció un simpático escarabajo llamado Timoteo.

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Timoteo, ¿qué haces? - preguntó Cosme con voz entrecortada por el dolor.

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Estoy buscando comida, ¿tú qué haces con esa carita tan afligida? - respondió Timoteo con curiosidad.

Cosme le explicó su situación y cómo buscaba el poleo para aliviar su malestar. Conmovido, Timoteo se ofreció a ayudarlo. Con un esfuerzo conjunto, lograron estirar la planta y Cosme pudo saborear las hojas de poleo, sintiendo alivio casi de inmediato. Lleno de gratitud, Cosme le contó a Timoteo sobre su viaje para encontrar el origen del sol. Impresionado por la valentía de Cosme, Timoteo decidió acompañarlo en su travesía. Juntos, atravesaron campos y subieron lomas, enfrentando desafíos y encontrando amistades inesperadas. Finalmente, llegaron a un claro del jardín donde el sol nacía cada mañana, bañando todo a su alrededor con su luz dorada. Cosme se sintió abrumado por la belleza del momento y agradeció a su amigo Timoteo por haberle brindado su apoyo en todo el camino. Allí, en ese instante mágico, Cosme comprendió que, con valentía y amistad, cualquier sueño podía alcanzarse.

FIN.

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