El viaje del contenedor reciclado
Había una vez en una ciudad muy ajetreada, un pequeño contenedor de residuos llamado Rubén. Rubén estaba triste porque la gente no se preocupaba por él. Siempre lo llenaban con basura y nunca lo limpiaban. Un día, cansado de su vida monótona, Rubén decidió que quería ser reutilizado y reciclado para algo nuevo y emocionante.
"Estoy harto de ser un contenedor de basura, quiero tener una nueva vida", se dijo a sí mismo Rubén. Así que con determinación, empezó a investigar sobre cómo podía reutilizarse y reciclarse. Con la ayuda de sus amigos de otros contenedores, descubrió que podía convertirse en un contenedor de reciclaje para papel, plástico y vidrio.
Lleno de entusiasmo, Rubén se propuso viajar por la ciudad en busca de su nueva misión. En su viaje, conoció a una familia que estaba buscando un contenedor de reciclaje para su hogar y decidió que Rubén era perfecto para esa tarea. Ellos no solo lo utilizarían para reciclar, sino que también lo mantendrían limpio y lo cuidarían.
"¡Estoy tan emocionado por esta nueva vida! No puedo creer que finalmente me reutilizarán y reciclarán para algo bueno", exclamó Rubén lleno de alegría. Y así, se convirtió en el nuevo contenedor de reciclaje de esa familia.
Desde ese día, Rubén estaba radiante. Estaba cumpliendo su propósito de ayudar al planeta y a la gente a reciclar, y se sentía muy orgulloso de eso. Además, se dio cuenta de que su nueva misión lo hacía sentir útil y feliz.
Por fin, Rubén había encontrado su lugar en el mundo y su corazón rebosaba de alegría. Y lo más importante, demostró que cualquier cosa, incluso un simple contenedor de residuos, puede ser reutilizado y reciclado para algo maravilloso.
FIN.