El Viaje del Corazón de Analí
En una colorida colonia donde el sol brillaba a cualquier hora del día, vivía una niña llamada Analí. Siempre curiosa y llena de energía, le encantaba jugar con sus amigos en el parque y explorar el mundo que la rodeaba. Un día, mientras navegaba por Internet, conoció a un niño llamado Esaú.
"Hola, soy Esaú. ¿Te gustaría ser mi amiga?" - escribió Esaú en el Messenger.
"¡Hola! Claro, me encantaría. Soy Analí" - respondió ella, emocionada.
Desde ese momento, comenzaron a hablar todos los días. Compartían secretos, risas y sueños. Esaú le contaba sobre su amor por los videojuegos y Analí le hablaba de sus relatos y cuentos inventados. Con cada conversación, su amistad se hacía más fuerte, hasta que un día, Esaú le envió un mensaje especial.
"Analí, ¿quieres ser mi novia?"
"¡Oh! ¡Sí!" - gritó Analí de felicidad.
Pasaron juntos un año y ocho meses llenos de aventuras. Iban al cine, compartían helados, y siempre había una anécdota divertida que recordar. Pero como en toda historia, también había desafíos.
Una tarde, mientras charlaban, Esaú se mostró preocupado.
"Analí, necesito contarte algo…"
"¿Qué sucede, Esaú?"
"Creo que necesitamos un tiempo. He estado pensando que deberíamos separarnos. No es fácil para mí, pero creo que es lo mejor".
El corazón de Analí se hundió.
"¿Por qué? Yo pensaba que estábamos bien..."
"Es solo que tengo muchas cosas en mi mente y no sé si puedo concentrarme en nuestra relación".
Después de aquella conversación, Analí se sintió perdida y triste. Pasaron días en los que no quería salir de su casa, y la alegría se convirtió en melancolía. Pero un día, mientras miraba por la ventana, vio a sus amigos jugando en el parque.
"¿Y si... y si le escribo a Esaú? Quizás podamos ser amigos otra vez" - pensó.
Poco a poco, se dio cuenta de que tener amigos y disfrutar de la vida era esencial. Así que decidió salir y hablar con sus amigos. Comenzó a compartir su tristeza, y fue sorprendente descubrir que no estaba sola. Todos sus amigos la apoyaron.
"Analí, está bien sentirse triste. Pero también es importante seguir adelante. ¿Qué tal si hacemos algo divertido?" - le sugirió su mejor amiga, Luna.
"Sí, podríamos hacer una tarde de juegos en mi casa" - respondió Analí, con una leve sonrisa.
Y así fue como, un mes después, mientras jugaban y se reían, Analí sintió que su corazón volvía a sanar. Aprendió que la vida estaba llena de cambios, y aunque a veces se siente doloroso, también puede traer momentos de alegría inesperados.
En una de esas tardes, Esaú se atreve a pasar por el parque. Al verla sonriente, sintió que su corazón también sonreía. Analí, en lugar de sentir rencor, lo saludó cálidamente.
"Hola, Esaú. ¿Cómo estás?"
"Hola, Analí. Te he estado extrañando como amiga"
"¡Yo también!"
Ambos comenzaron a reírse y a relatar sus respectivas aventuras. Se dio cuenta de que su amistad podía renacer sin resentimientos. Así, Analí aprendió que aunque a veces el corazón duele, también puede ser un viaje de aprendizaje y de descubrimiento.
Los viejos sentimientos se convirtieron en un hermoso recuerdo, y Analí nunca olvidó lo que había vivido con Esaú. Pero más importante aún, aprendió a apreciar bien a los amigos que siempre estuvieron a su lado, y a tener esperanza en lo que vendría.
Con el tiempo, Analí pudo decir, con una sonrisa en el rostro:
"Las historias de amor vienen y van, pero siempre existe el amor entre amigos".
Y desde entonces, ella nunca dejó de creer en la magia de la amistad y el poder de su propio corazón.
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**Moraleja:** A veces, las relaciones no salen como imaginamos. Pero cada experiencia nos enseña algo valioso. Cuando el corazón siente dolor, hay que rodearse de amigos y recordar que siempre hay razones para seguir adelante y volver a sonreír de nuevo.
FIN.