El viaje del dragón y sus amigos
Había una vez un hermoso parque de diversiones en medio de la ciudad, donde los niños y niñas podían disfrutar de emocionantes atracciones.
Había dragones que volaban por el cielo, carruseles que giraban sin parar y globos multicolores flotando en el aire. En este parque también vivían muchos animales, tanto del campo como de la ciudad. Había conejos saltarines, pajaritos cantores y hasta una familia de osos curiosos.
Todos convivían en armonía y alegraban el lugar con su presencia. Un día, mientras todos estaban disfrutando del sol radiante, se escuchó un estruendo proveniente del bosque cercano al parque. Todos los animales se asustaron y corrieron a refugiarse en sus guaridas.
Los niños y niñas que estaban jugando en el parque también se alarmaron por el ruido. Se preguntaban qué podría estar pasando. Decidieron investigar y seguir el sonido hasta llegar al bosque. Al adentrarse entre los árboles, encontraron a un pequeño dragón llorando desconsoladamente.
Tenía miedo porque se había perdido de su mamá y no sabía cómo volver a casa.
- ¿Qué te pasa? -preguntó uno de los niños preocupado- ¿Por qué estás llorando? El dragón les explicó que había salido volando para explorar pero se había desorientado y ahora no sabía cómo regresar al parque donde vivían todos sus amigos. Los niños comprendieron su angustia e inmediatamente decidieron ayudarlo a encontrar su hogar.
Formaron un equipo: algunos buscaron pistas en el suelo, otros treparon a los árboles para tener una vista panorámica y algunos niños más pequeños soplaron burbujas de jabón para marcar el camino. Después de una larga búsqueda, finalmente encontraron el parque donde vivía la mamá del dragón.
El reencuentro fue muy emotivo y todos celebraron con alegría. El dragón les agradeció a los niños por su ayuda y les preguntó cómo podía compensarlos.
Los niños sonrieron y le dijeron que lo único que querían era seguir jugando juntos en el parque. Desde ese día, el dragón se convirtió en un amigo más del parque de diversiones.
Volaba por los cielos junto a sus nuevos amigos, daba paseos emocionantes en los carruseles e incluso soplaba fuego sin quemar nada. La historia del dragón perdido enseñó a todos los niños la importancia de ayudarse mutuamente cuando alguien está triste o asustado.
También aprendieron que no importa cuán diferentes sean las personas o animales, siempre pueden encontrar cosas en común para compartir y divertirse juntos. Y así, el parque de diversiones se convirtió en un lugar mágico donde la amistad y la solidaridad eran los valores principales.
Todos sabían que ahí siempre encontrarían diversión, emoción y grandes aventuras al lado de sus amigos animales.
FIN.