El Viaje del Girasol



Era un día tranquilo en el barrio de Miguel. Caminaba por la calle disfrutando del silencio, cuando de repente, se topó con una pequeña plantita que crecía entre las grietas del pavimento. "¡Mirá qué linda esta plantita! No te quejes, me la llevo", pensó Miguel, mientras se agachaba para recogerla. Al alzar la vista, se dio cuenta de que era un hermoso girasol. Justo en ese momento, un hombre de aspecto misterioso apareció ante él y le arrebató la flor de las manos.

"¡Deja eso!" - gritó Miguel, confundido.

"Buscala, si la quieres..." - dijo el hombre con voz profunda.

"¿Por qué siempre me pasa esto?" - se quejaba Miguel, sintiendo que no era justo.

Sin pensarlo dos veces, decidió seguir al hombre, sintiendo curiosidad por lo que quería decir. El misterioso personaje caminó velozmente, guiando a Miguel a través de un mercado lleno de colores y aromas. Al llegar a un rincón tranquilo, el hombre finalmente se detuvo y sacó una carta de su mochila.

"Te daré esto" - dijo, extendiendo la carta a Miguel. "Pero primero debes entender el verdadero valor de lo que deseas."

Miguel tomó la carta, intrigado. En ella, había un mensaje hermoso: "Las cosas que realmente importan no siempre son las más fáciles de obtener. Debes ser paciente y buscar lo que realmente valoras en la vida".

"¿Qué significa esto?" - preguntó Miguel, aún un poco confundido.

"A veces, lo que parece ser un simple girasol, es en realidad un símbolo. Te señala que debes aprender a cuidar de lo que amas y esforzarte por encontrarlo".

Miguel sonrió, comprendiendo que no se trataba solo de una flor. Esa frase resonó en su corazón. "Voy a cuidarlo, no solo el girasol, sino todas las cosas que me importan".

Después de agradecer al hombre, Miguel decidió seguir su camino y ahora, en vez de quejarse, empezó a mirar a su alrededor con nuevos ojos, aprendiendo a descubrir la belleza en las pequeñas cosas. Con el tiempo, el girasol creció fuerte y hermoso en su casa, y Miguel se transformó en un verdadero jardinero, cuidando de su florecer.

Así, el girasol se convirtió en un símbolo de esfuerzo y amor, recordándole siempre a Miguel que a veces, lo que más vale, requiere nuestra dedicación y atención. Y nunca volvió a quejarse de su suerte, porque había descubierto el verdadero tesoro que tenía en sus manos.

FIN.

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