El Viaje del Niño Hermoso



En un tranquilo pueblo llamado Sonrisas, vivía un niño llamado Lucas Hermoso. Tenía los ojos más brillantes que cualquier estrella y una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor. Todos en el pueblo lo llamaban "Lucas el Hermoso" porque siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, mientras corría por los campos llenos de flores, Lucas encontró a un perro pequeño y triste. Tenía el pelaje sucio y enredado.

"¿Por qué estás tan triste, perrito?" - le preguntó Lucas con su voz suave.

"No tengo un hogar y nadie quiere jugar conmigo" - respondió el perro, mirando hacia el suelo.

"No te preocupes. ¡Yo te ayudare!" - dijo Lucas, decidido a encontrarle un hogar.

Lucas llevó al perrito a su casa y le puso el nombre de —"Paco" . Juntos, pasaron horas jugando en el jardín y el perrito volvió a recuperar su alegría. Pero, al día siguiente, algo inesperado sucedió. Lucas escuchó a sus amigos riendo en el parque.

"¡Vamos a jugar!" - gritó uno de sus amigos, pero Lucas dudó.

"No puedo ir, tengo que cuidar a Paco" - contestó, mirando al perro que jugaba felizmente.

Sus amigos comenzaron a burlarse.

"What, ¿vas a dejar de jugar por un perro?" - se rieron y Lucas se sintió mal. Paz, la amiga más cercana de Lucas, notó su tristeza.

"Lucas, tenés que encontrar un equilibrio. Podés disfrutar del tiempo con Paco y también jugar con nosotros" - le aconsejó.

Esa noche, Lucas tuvo una idea. Decidió invitar a sus amigos al parque y llevar a Paco con él.

Al día siguiente, Lucas gritó lleno de emoción:

"¡Hola amigos! ¿Quieren conocer a Paco!" - y sus amigos vinieron corriendo.

"¡Es tan lindo!" - exclamó uno de ellos.

"¡Jugaremos juntos a la pelota!" - propuso Paz, mientras lanzaba la pelota. Todos se divirtieron, incluidos Lucas y Paco. El perro, al ver a su nuevo dueño feliz, no paraba de correr detrás de la pelota.

Pero de repente, la pelota salió disparada hacia el río. Lucas, sin pensarlo, corrió hacia el agua.

"¡Espera!" - gritaron sus amigos cuando vieron que una corriente rápida estaba llevando la pelota lejos.

"No puedo dejar que la comida de Paco se moje!" - dijo Lucas y se zambulló en el río. Pero el agua estaba más fría de lo que esperaba y la corriente lo empujó hacia atrás.

"¡Ayuda!" - gritó Lucas, mientras sus amigos buscaban algo para ayudarlo.

Paz, valiente como siempre, encontró una cuerda y le gritó:

"¡Agárrate de esto, Lucas!"

Con esfuerzo, Lucas tomó la cuerda y con la ayuda de sus amigos, logró salir ileso del río, aunque con los pies completamente empapados.

"¡Lucas, eres un héroe!" - gritaron sus amigos al verlo sano y salvo.

"No soy un héroe, solo quería a Paco más que a nada" - sonrió, mientras el perrito saltaba de alegría a su alrededor.

Desde ese día, los amigos de Lucas aprendieron la importancia de cuidar a los demás, no solo a sus mascotas, sino también entre ellos. Además, descubrieron que podían divertirse juntos, sin dejar de lado a sus nuevos amigos animals.

Así, todos los días después de la escuela, se reunían en el parque a jugar con Paco y a disfrutar de la compañía del uno al otro. Gracias a un niño llamado Lucas y a un perrito llamado Paco, el pueblo de Sonrisas aprendió a ser aún más alegre y unido, recordando siempre que la amistad y el cuidado a los demás son lo más hermoso de todos.

Y así, Lucas el Hermoso demostró que ser hermoso no solo es una cuestión de apariencia, sino sobre todo de tener un gran corazón.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!