El viaje del pequeño búho
Era una noche oscura y tempestuosa en el bosque. Los rayos iluminaban el cielo mientras el viento aullaba entre los árboles. En un árbol alto, el pequeño búho llamado Lucho estaba intentando volar en medio de la tormenta.
"¡No puedo quedarme aquí!" - pensó Lucho, recordando la comida que su familia siempre traía a casa en noches como esta. Pero las nubes eran tan oscuras y la lluvia golpeaba con tanta fuerza, que poco a poco fue perdiendo el rumbo.
En su intento de volar más alto, Lucho no vio una rama y, ¡zas! ¡Se golpeó el ala!"¡Ay!" - gritó Lucho mientras caía al suelo cubierto de hojas y barro.
Atrapado en el suelo, Lucho miró alrededor. Todo estaba oscuro y tenía frío. Al sentir un pitido familiar, giró su cabeza y vio a su amiga la luciérnaga, Lumi,
"¡Lucho! ¡Te he estado buscando!" - exclamó Lumi, revoloteando a su alrededor. "¿Estás bien?"
"No, me lastimé el ala y no sé cómo volver a casa" - respondió Lucho con tristeza.
"No te preocupes, yo puedo ayudarte. Las luciérnagas sabemos encontrar el camino en la oscuridad. Vamos a buscar un lugar para que te cures primero" - dijo Lumi.
Con un esfuerzo, Lumi guió a Lucho a un pequeño refugio hecho de hojas secas y ramitas. Allí, Lucho descansó mientras que Lumi volaba en círculos, iluminando el lugar con su suave luz.
"Te voy a traer algo de comida" - prometió Lumi al salir.
Lucho, aunque estaba preocupado por su familia, supo que era importante descansar. Después de un día, Lumi regresó con una pequeña presa de insectos y un pequeño basurero lleno de agüita fresca.
"¡Mira lo que encontré!" - dijo Lumi emocionada mientras lo depositaba frente a Lucho. "Come, te dará fuerza para recuperarte."
Lucho comió con gusto y sintió cómo la energía empezaba a volver a sus alas. Sin embargo, sabía que no podía quedarse escondido para siempre. Después de varios días de cuidado por parte de Lumi, su ala comenzó a sanar.
"Lumi, ya estoy mejor. Puedo intentar volar de nuevo" - dijo Lucho.
"Eso es fantástico, pero debes tener cuidado. No sabemos cómo está la tormenta ahora. ¿Y si te vuelves a perder?" - le advirtió Lumi.
"Lo sé, pero necesito regresar con mi familia. Ellos deben estar preocupados por mí" - respondió Lucho, sintiendo la valentía en su corazón.
Así, con un poco de duda pero mucho deseo, Lucho extendió sus alas. Con un suave batir, se elevó hacia el cielo, siguiendo la luz de su amiga. A medida que volaba, fue reconociendo algunos árboles y escuchando los sonidos familiar de la noche.
Finalmente, las luces del árbol familiar brillaron frente a él. Lucho aterrizó suavemente en la rama más alta.
"¡Lucho! ¡Te creíamos perdido!" - gritaron sus padres al verlo.
"Estuve en una aventura, pero ahora estoy aquí y tengo algo para ustedes" - dijo Lucho. En sus patas, llevaba algunos insectos que Lumi había encontrado.
"¡Bravo, Lucho! Tu valentía y determinación nos hacen sentir orgullosos. Nunca dejes que el miedo te detenga" - dijo su mamá con una sonrisa.
Desde esa noche, Lucho nunca volvió a temer las tormentas. Aprendió que, aunque a veces puede perderse, siempre puede encontrar el camino de regreso gracias a la ayuda de los amigos y el amor de la familia. Y siempre que volara con cuidado, pudo seguir explorando el mundo que lo rodeaba, experimentando cada aventura con alegría.
"¡Hasta la próxima aventura!" - gritó Lucho mientras se preparaba para su siguiente vuelo bajo la luna brillante, rodeado de su familia calida y amorosa.
FIN.