El Viaje del Pequeño Cactus
En un vasto y hermoso desierto, donde el sol brillaba intensamente y las estrellas danzaban en la noche, un pequeño cactus llamado Spike vivía con muchos amigos: una tortuga llamada Tina, una lechuza sabia llamada Lúculo y un grupo de coloridos lagartijos.
-un día, Spike, con sus espinas recién crecidas, dijo emocionado:- ¡Hola amigos! ¿Notaron cómo cada vez hay menos lluvia?
-Tina, la tortuga, movió su cabeza y respondió:- Sí, Spike. La tierra está más seca, y eso afecta a todos nosotros.
-Lúculo, la lechuza, se posó en una roca, observando el cielo mientras decía:- Los cambios abióticos, como la poca lluvia y el sol intenso, afectan nuestra biodiversidad. Las plantas como tú, Spike, dependen de esas gotas de agua.
-¿Y qué podemos hacer? - preguntó uno de los lagartijos, con una voz temerosa.
Spike pensó, y con su espinosa voz dijo:- Tal vez podamos trabajar juntos para encontrar agua.
Así, los amigos decidieron emprender un viaje a una antigua fuente de agua que, según las historias de Lúculo, se encontraba al pie de una montaña lejana.
Mientras marchaban, el grupo se encontró con un desierto rocoso y, a medida que el sol subía, la calidez se volvía agobiante.
-¡Necesitamos sombra! - exclamó Tina.
-¿Qué pasaría si creamos un refugio con las piedras? - sugirió Spike.
Los amigos recolectaron piedras grandes y formaron un pequeño refugio donde podían descansar del sol abrasante. Cuando el sol se ocultó, comenzaron a contar historias bajo la luz de las estrellas.
Al día siguiente, continuaron su aventura. Pero pronto se encontraron con un gran muro de arena: una tormenta de arena se acercaba.
-¡Debemos escondernos! - gritó Lúculo, abriendo sus alas.
Spike, asustado, dijo:- ¡No sé si podremos!
-¡Tengan fe en lo que han aprendido! ¡Usen su ingenio! - dijo Lúculo.
Recordando cómo habían creado refugio de las piedras, Spike propuso:- ¡Construyamos uno aquí!
Rápidamente, los amigos se apresuraron a juntar ramitas y piedras para resguardarse de la tormenta. Bajo su refugio improvisado, la tormenta azotó, pero ellos estaban a salvo.
Cuando la tormenta pasó, comenzaron a explorar y, con sorpresa, encontraron una pequeña charca de agua, un tesoro escondido.
-¡Agua, agua! - gritó Spike, feliz.
Tina se acercó y, mientras se bebía un poco, exclamó:- ¡Esto es increíble! Ahora podemos vivir mejor.
-Esto nos enseña mucho sobre cómo cambios abióticos afectan a los seres vivos-, reflexionó Lúculo,. -Cada pequeño cambio puede ser desastroso si no trabajamos juntos.
A partir de ese día, Spike, Tina, Lúculo y los lagartijos aprendieron a cuidar del agua y a respetar a su entorno. Además, comenzaron a hablar con otros animales del desierto sobre cómo enfrentar los cambios del clima.
Spike se volvió un cactus fuerte y sabio, no solo por sus espinas, sino por las lecciones aprendidas.
-y así, a pesar de los cambios en su hogar, el desierto siguió siendo un lugar lleno de vida y amistad.
FIN.