El Viaje del Pequeño Extraterrestre



Había una vez un pequeño extraterrestre llamado Zippy. Era tan diminuto que podía esconderse detrás de una hoja de trébol. Un día, mientras exploraba un hermoso planeta azul lleno de verdes praderas y cielos despejados, Zippy fue atraído por un brillo reluciente en el suelo. Su curiosidad lo llevó a acercarse, y ¡zas! Un pájaro colorido, con un pico afilado, lo atrapó sin previo aviso.

"¡Ayuda! ¡Sácame de aquí!" - gritó Zippy, pero su voz era tan pequeña que solo el pájaro lo escuchó.

El pájaro, disfrutando del nuevo y divertido bocado, no hizo caso. Mientras tanto, Zippy recordaba cómo había llegado a ese planeta. Había sido expulsado de su nave espacial en un viaje por el espacio. Así, ahora se encontraba atrapado en el estómago de un ave.

Después del festín, el pájaro siguió su camino y, tras volar un buen rato, encontró un árbol para descansar. Pero, ¡oh sorpresa! Zippy no estaba solo. Dentro del estómago del pájaro, había un gusano ruidoso que, pensando que estaba en un juego, le dijo:

"¡Hola! ¿Te quedaste atrapado también?"

Zippy, sorprendido, le respondió:

"Sí, pero no estoy seguro de cómo salir de aquí."

El pájaro, después de descansar, decidió que era hora de buscar más comida. Voló hacia un charco y allí encontró un pez saltando fuera del agua. Pensando que sería un buen almuerzo, el pájaro se lanzó al agua. Pero en el proceso, Zippy y el gusano se dieron cuenta de que debían actuar rápido. Justo cuando el pez iba a ser el próximo bocado, ambos gritaban:

"¡No! ¡No lo hagas! ¡Nos comerás a nosotros también!"

El pez, sorprendido por aquella voz rara, pensó que era un nuevo tipo de menú y, así, sorbió a Zippy y al gusano, llevándolos directamente a su barriga con un gran chapuzón. Zippy, que estaba cada vez más asustado, escuchó la voz del pez:

"¿Pero de dónde salieron?"

Zippy soltó un suspiro y explicó su situación. Pero el pez solo lo vio como una golosina para compartir con un humano que solía pescar en el lugar.

"¡Ah, no hay problema! Cuando me pesquen, tú serás un bocado muy especial para el humano" - dijo el pez.

Pronto, un pescador llegó al charco. Con su caña, lanzó el anzuelo y pescó al pez. Zippy se dio cuenta de que ahora estaba en un problema mucho más grande. Cuando lo sacaron del agua, pudo hablarle al pescador:

"¡Hola! Soy Zippy, un extraterrestre. No me comas, por favor."

El pescador, sorprendido, escuchó su voz y decidió no comerse al pez. En vez de eso, lo devolvió al agua.

"Tienes suerte, pequeño" - dijo el pescador, observando al pez regresar al agua. Así, como un milagro, Zippy fue liberado de la cadena alimenticia. Los animales le sonrieron desde la orilla, y él sintió que había encontrado amigos.

"¡Lo logré!"

Zippy conoció la importancia de la vida, y cómo todos, hasta los más pequeños, tienen su lugar en la naturaleza. Prometió no olvidarlo y decidió seguir explorando su nuevo mundo, pero ahora con un gran respeto por su diversidad.

Y así, Zippy, el pequeño extraterrestre, vivió muchas aventuras y hizo grandes amigos en su viaje, aprendiendo que a veces, incluso en las situaciones más inusuales, siempre hay espacio para la amistad y la valentía.

FIN.

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