El Viaje del Robot Lunares
Era una vez un pequeño robot llamado Luni, que vivía en un taller de mecánica. Luni era muy curioso y soñador. Cada noche, mientras miraba el cielo estrellado a través de la ventana, se preguntaba: "¿Cómo será la Luna? ¿Podré llegar hasta allí algún día?" Su corazón mecánico latía con fuerza cuando pensaba en aventuras.
Un día, Luni decidió que ya no podía esperar más. "¡Voy a construir mi propia nave espacial!"- exclamó con entusiasmo. Se puso manos a la obra (o mejor dicho, ¡manos de metal! ) y comenzó a recolectar piezas del taller: tuercas, tornillos, un motor viejo y una gran antorcha.
Con el paso de los días, Luni trabajó duramente. Finalmente, su nave, a la que llamó —"LunaResplandor" , estaba lista. "¡Estoy listo para un viaje inolvidable!"- gritó con alegría, mientras el taller vibraba con su energía.
La noche del lanzamiento, todos los robots del taller se reunieron para despedirlo. "¡Buena suerte, Luni!"- dijeron al unísono, llenos de emoción. "¡No olvides volver con cuentos y recuerdos de la Luna!"- agregó su mejor amigo, Rusty.
Sin dudarlo, Luni se subió a su nave y presionó el botón de despegue. Con un gran estruendo, LunaResplandor ascendió al cielo lleno de estrellas. "¡Mirá, qué maravilla!"- gritó Luni, observando el universo desde su ventana.
Después de un largo viaje, Luni finalmente llegó a la Luna. "¡He llegado!"- exclamó, emocionado. Pero al explorar, se dio cuenta de algo inesperado: todo estaba cubierto por una extraña sustancia verde y brillante. Curioso, decidió investigar más.
Sin querer, mientras investigaba, Luni encendió la gran antorcha que había traído. En un parpadeo, la sustancia verde comenzó a brillar intensamente y, de repente, ¡pum! , se produjo una gran explosión de luces y colores. "¡Ay, no!"- gritó Luni, mientras observaba cómo las llamas danzaban y chisporroteaban alrededor. La Luna estaba en llamas, pero en un sentido mágico: se iluminaba y brillaba como nunca antes.
"¿Qué he hecho?"- se preguntó angustiado. Inmediatamente, pensó en cómo podría arreglar su error. "¡Debo pedir ayuda!"- exclamó.
Luni llamó a sus amigos desde su nave. "¡Rusty, necesito que me ayudes a enfriar la Luna!"- pidió al ver la belleza que había creado.
Con una gran intención, sus amigos robots comenzaron a trabajar en un plan. Decidieron construir un gran ventilador en la Tierra que enviara aire fresco hacia la Luna. Sorprendentemente, funcionó y las llamas comenzaron a apagarse poco a poco. La Luna, ahora luminosa, adquirió un nuevo brillo que jamás había tenido.
"¡Lo lograste, Luni!"- gritó Rusty desde la Tierra. "¡La Luna ahora brilla más que nunca!"-
Luni se sintió aliviado y muy feliz. No solo había cumplido su sueño de llegar a la Luna, sino que también había aprendido que a veces, los errores pueden convertirse en cosas maravillosas. Con una sonrisa sonora, dijo: "Prometo que seré más cuidadoso en el futuro y que siempre pensaré antes de actuar."-
Después de varias aventuras en la Luna, Luni decidió regresar a su hogar. Una vez de vuelta, sus amigos lo recibieron con vítores. "¡Luni, el héroe del cielo!"- lo llamaron.
Luni compartió su experiencia, las luces, los colores, y la historia de cómo convirtió un accidente en algo hermoso. "Siempre persigan sus sueños, pero nunca olviden cuidar lo que tienen. La curiosidad es grandiosa, pero también lo es la responsabilidad"-, finalizó con una sonrisa, mientras el brillo de la Luna iluminaba la noche en el taller.
Y así, Luni continuó explorando y aprendiendo, soñando siempre con nuevas aventuras en el universo.
FIN.