El Viaje del Toro Gallineta
En un pequeño pueblo cerca de la frontera de Paraguay, vivía un toro llamado Tico que tenía un espíritu aventurero. Tico sepasaba el día soñando con viajar a lugares lejanos y conocer nuevas culturas. Un día, mientras pastaba en el campo, escuchó de sus amigos, las gallinetas, historias sobre España y Bolivia. Esta fue la chispa que encendió su deseo de conocer esos lugares.
-Tico, ¿a dónde te has ido? -le preguntó Clara, una gallineta curiosa de plumas brillantes.
-¡El mundo es tan grande, Clara! Quiero viajar a España y Bolivia, ver el mar y las montañas. -respondió Tico con entusiasmo.
-¡Pero Tico! No puedes avanzar solo en un mundo tan desconocido -dijo Juan, otro amigo gallineta.
-¡No tengo miedo! -proclamó Tico. Y así fue como decidió emprender su viaje.
Primero, tuvo que cruzar el río Paraná. Allí, conoció a un viejo pájaro llamado Don Pato, quien se movía con gracia a través del agua.
-¡Oh, Tico! Para cruzar el río, necesitas aprender a nadar -dijo Don Pato con una sonrisa.
-Ay, no sé nadar, ¡pero quiero aprender! -exclamó Tico.
Don Pato, viéndolo tan decidido, organizó un pequeño campamento donde enseñó a Tico los secretos de la natación. Después de varios días de práctica, Tico finalmente logró cruzar el río. ¡Estaba más cerca de su destino!
Una vez que llegó a Paraguay, decidió seguir su camino hacia España. Pero un día lluvioso, se perdió en un espeso bosque lleno de árboles altos.
-Ay, no sé por dónde ir -dijo Tico con tristeza.
Fue entonces cuando escuchó un suave trino. Era Lila, la golondrina, que volaba de regreso a su hogar.
-¡Hola, Tico! ¿Te perdiste? -preguntó Lila.
-Sí, estoy buscando el camino hacia España -respondió Tico, con un hilo de voz.
-Acompáñame, yo te guiaré -dijo Lila. Juntos salieron del bosque. Lila, con su canto melodioso, levantó el ánimo de Tico. En poco tiempo, lograron salir del espeso follaje.
Viaje tras viaje, el toro fue aprendiendo a superar obstáculos. Lleno de historias, llegó a España, donde quedó maravillado con la riqueza de sus paisajes y cultura. Conoció a un grupo de toros que bailaban flamenco en una feria tradicional.
-¡Hola, Tico! -gritó uno de los toros en la plaza. -¿Quieres bailar con nosotros?
El corazón de Tico latía fuerte.
-¡Por supuesto! -contestó, feliz de unirse a ellos.
Bailaron juntos, creando una mezcla hermosa de ritmo y alegría. Este momento le enseñó a Tico que a través de la danza y la música, se podían hacer grandes amigos, sin importar las diferencias.
Continuando su camino, Tico finalmente llegó a Bolivia. Allí fue recibido por un grupo de llamas que le mostraron sus impresionantes montañas.
-¡Mirá esas montañas! -gritó una llama, asombrada.
-¡Es el lugar más hermoso que he visto! -dijo Tico emocionado.
-Quedate un tiempo y disfruta con nosotros.
Tico decidió quedarse un par de semanas, aprendiendo sobre la vida en las montañas y disfrutando de la calidez de las llamas. Entendió que cada lugar tenía su propia belleza y cualquier visión del mundo vale la pena explorar.
Al final de su viaje, Tico se dio cuenta de que no solo había visto nuevos lugares, sino que había hecho amistades valiosas. Cuando regresó a su hogar, cada gallineta lo recibió con alegría.
-¿Y qué aprendiste en tu viaje, Tico? -preguntó Clara, curiosa.
-Que hay que atrevernos a salir de nuestra zona de confort, a abrirnos a nuevas experiencias, y, como en cualquier viaje, lo mejor es compartirlo con buenos amigos. -respondió Tico, con una gran sonrisa.
Y así, Tico, el toro gallineta, se convirtió en un héroe de su pueblo, motivando a todos a descubrir el mundo y valorar la amistad.
A partir de ese día, el pueblo no fue solo un rincón en Paraguay, sino que se convirtió en un lugar lleno de sueños y aventuras compartidas, donde cada gallineta y toro anhelaba, como Tico, conocer los rincones del mundo.
FIN.