El viaje del valor



Había una vez un niño llamado Gregory, quien vivía en un pequeño pueblo rodeado de coloridos campos y altas montañas.

Si bien su vida era tranquila y feliz, había algo que lo preocupaba: tenía un miedo inmenso a los elefantes y a los monstruos. Gregory no entendía por qué sentía tanto temor hacia esos animales gigantes con trompa o hacia las criaturas imaginarias de las historias que le contaban.

Cada vez que veía una imagen de un elefante o escuchaba hablar sobre monstruos, su corazón empezaba a latir rápidamente y sus manos se ponían sudorosas. Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, Gregory encontró una vieja caja de madera abandonada entre los árboles.

Curioso, decidió abrirla y descubrió dentro un libro muy antiguo. En la portada del libro se leía "El viaje del valor". Intrigado por el título, Gregory comenzó a leer el libro.

Las páginas estaban llenas de increíbles aventuras protagonizadas por valientes personajes enfrentando sus miedos más profundos.

A medida que avanzaba en la lectura, el niño se dio cuenta de algo maravilloso: cada historia terminaba con el protagonista superando sus temores y convirtiéndose en alguien más fuerte y valiente. Animado por estas historias inspiradoras, Gregory decidió enfrentar su propio miedo. Primero, decidió investigar todo lo posible sobre los elefantes para comprender mejor cómo eran realmente.

Descubrió que estos animales eran pacíficos e inteligentes; incluso aprendió que algunos de ellos podían pintar cuadros con sus trompas. Fascinado, comenzó a coleccionar imágenes de elefantes y a leer libros sobre ellos. Pero el miedo a los monstruos seguía presente en la mente de Gregory.

Un día, mientras pensaba en cómo podría superarlo, se le ocurrió una idea brillante: construir su propio monstruo imaginario pero amigable. Así, dibujó un simpático monstruito verde llamado Monchi.

Con su nuevo amigo Monchi al lado, Gregory sintió un poco menos de temor cada vez que veía una imagen o escuchaba hablar sobre monstruos. Poco a poco, fue perdiendo el miedo y se dio cuenta de que no todos los monstruos eran malos como parecían en las historias.

Un día, mientras Gregory paseaba por el parque del pueblo con Monchi en su mano, vio algo inesperado: ¡un circo ambulante había llegado! Entre todas las atracciones del circo se encontraba un espectáculo protagonizado por elefantes.

El corazón de Gregory latía rápidamente ante la idea de enfrentarse cara a cara con su mayor temor. Decidido a demostrarse a sí mismo que era valiente, Gregory tomó la mano de Monchi y se acercó al espectáculo.

Al ver los elefantes tan cerca por primera vez en su vida, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sin embargo, recordó todas las historias del libro "El viaje del valor" y recordó también lo mucho que había aprendido sobre estos animales maravillosos.

"Hola amigos elefantes", dijo Gregory tímidamente mientras extendía la mano hacia uno de ellos. El elefante, con una mirada amigable, le tocó la mano suavemente con su trompa. Gregory sonrió y se sintió invadido por una sensación de valentía y alegría.

A partir de ese día, Gregory dejó atrás sus miedos a los elefantes y a los monstruos. Aprendió que enfrentar nuestros temores nos hace más fuertes y que muchas veces las cosas no son tan aterradoras como parecen.

Desde entonces, Gregory vivió aventuras extraordinarias sin dejar que el miedo lo detuviera. Y cada vez que alguien le preguntaba cómo logró superar sus temores, él respondía con una gran sonrisa:"Fue gracias al poder del valor y la imaginación".

Y así, Gregory se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo, enseñándoles que enfrentar nuestros miedos es el primer paso hacia la valentía y la felicidad.

FIN.

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