El viaje dulce de Ernesto y Lucas



Había una vez, en un hermoso bosque encantado, un erizo llamado Ernesto y un zorro llamado Lucas. Ernesto era famoso por sus espinas brillantes y Lucas era conocido por su pelaje suave y esponjoso.

Ambos eran grandes amigos y siempre estaban buscando nuevas aventuras. Un día, mientras exploraban el bosque, Ernesto y Lucas encontraron una receta mágica para hacer nubes de chocolate.

¡Se emocionaron tanto que decidieron intentarlo! Corrieron de regreso a la madriguera de Lucas para comenzar a preparar las deliciosas nubes de chocolate. Reunieron todos los ingredientes: cacao en polvo, azúcar, claras de huevo y una pizca de magia.

Lucas estaba a cargo de batir las claras hasta que se convirtieran en espuma blanca como la nieve. Mientras tanto, Ernesto agregó cuidadosamente el cacao en polvo y el azúcar a la mezcla. "¡Estoy tan emocionado!", exclamó Ernesto mientras revolvía con entusiasmo.

De repente, algo extraño comenzó a suceder: la mezcla empezó a elevarse lentamente hacia arriba hasta convertirse en enormes nubes negras. Los ojos de los amigos se abrieron como platos al ver lo que habían creado. "Parece que hemos hecho nubes reales", dijo Lucas asombrado.

Justo cuando pensaron que todo había terminado, las nubes negras comenzaron a girar rápidamente formando un tornado gigante. El viento soplaba fuertemente y los árboles se agitaban. "¡Esto no estaba en la receta!", gritó Ernesto, asustado.

Sin pensarlo dos veces, los amigos se agarraron de las manos y saltaron dentro del tornado. Al principio, todo era oscuro y aterrador, pero pronto comenzaron a ver destellos de colores brillantes.

Cuando finalmente salieron del tornado, se encontraron en un lugar mágico lleno de dulces gigantes y ríos de chocolate. Habían llegado al Reino de las Golosinas. Se maravillaron ante la vista y decidieron explorar el lugar.

Mientras caminaban por un sendero cubierto de caramelos, conocieron a una hada llamada Lila que les explicó lo que había sucedido. "Queridos amigos", dijo Lila con una sonrisa amable. "Vuestra mezcla mágica ha creado un portal hacia este mundo encantado". Ernesto y Lucas se miraron sorprendidos pero emocionados por esta inesperada aventura.

Agradecieron a Lila por su ayuda y prometieron ser cuidadosos con sus experimentos futuros. Durante días exploraron el Reino de las Golosinas, probando diferentes dulces y disfrutando cada momento juntos.

Pero después de un tiempo, empezaron a extrañar su hogar en el bosque encantado. Decidieron pedirle ayuda nuevamente a Lila para regresar a casa. Ella les dio una poción especial que abriría otro portal hacia su mundo original.

Con lágrimas en los ojos pero corazones llenos de felicidad por todas las experiencias vividas, Ernesto y Lucas bebieron la poción mágica mientras se despedían de Lila. Cuando abrieron los ojos, se encontraron nuevamente en su querido bosque encantado. Se abrazaron emocionados y agradecieron haber regresado sanos y salvos.

Desde ese día, Ernesto y Lucas siguieron siendo grandes amigos, pero aprendieron la importancia de ser cautelosos cuando se trata de experimentar con cosas mágicas.

Compartieron su historia con otros animales del bosque para enseñarles que a veces las aventuras más increíbles pueden comenzar con una simple receta. Y así, el erizo y el zorro vivieron felices y llenos de dulces recuerdos para siempre.

FIN.

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