El viaje emocional de Sofía
Sofía era una niña curiosa y llena de emociones. Un día, se despertó sintiéndose muy contenta porque iba a ir al parque con sus amigos.
"¡Mamá, hoy es un día maravilloso! Estoy tan emocionada por ir al parque", dijo Sofía con alegría. Su mamá, viendo su felicidad, le recordó que era importante disfrutar el momento y compartir su alegría con sus amigos. En el parque, Sofía jugó y rió con sus amigos, sintiéndose plena y feliz.
"¡Hoy fue el mejor día de todos!", exclamó al regresar a casa. Pero al día siguiente, algo cambió. Sofía se despertó triste y desanimada. "¿Qué pasa, mi amor?", preguntó su mamá preocupada. Sofía explicó que se sentía triste sin razón aparente.
Su mamá, con comprensión, le recordó que está bien sentirse triste a veces y que hablar sobre sus sentimientos puede ayudar. Juntas, encontraron una manera de expresar la tristeza a través de dibujos y abrazos reconfortantes.
Poco a poco, la tristeza de Sofía se desvaneció. Los días pasaron, y Sofía experimentó diferentes emociones como enojo, miedo y sorpresa. En cada ocasión, supo que necesitaba comprensión, apoyo y tiempo para procesar sus sentimientos.
A medida que aprendió a navegar por sus emociones, se volvió más segura y equilibrada. Finalmente, comprendió que aceptar y manejar sus emociones era parte natural de la vida. Sofía se convirtió en una niña emocionalmente inteligente, capaz de enfrentar cualquier emoción que la vida le presentara.
FIN.