El viaje en el tiempo



En un pequeño pueblo habitado por seres curiosos, vivían dos amigos inseparables: Ansiedad, un viajero del tiempo de color anaranjado, y Temor, siempre elegante en su traje violeta. Juntos estaban listos para cualquier aventura, pero hoy era un día especial: tenían en sus manos el antiguo libro de la magia del tiempo y una pluma mágica que podía crear momentos emocionantes.

"¿Estás listo para un nuevo viaje, Temor?" - preguntó Ansiedad con su voz llena de entusiasmo.

"¡Claro! Solo espero que esta vez no terminemos en medio de la nada" - respondió Temor, ajustándose el cuello de su uniforme.

Abrieron el libro y encontraron un hechizo que decía: "Con la pluma en la mano, el tiempo podrás cambiar; dibuja tu destino y te llevará un lugar."

"Vamos a probarlo, ¿querés?" - dijo Ansiedad, su mirada brillando de emoción. Temor dudó un momento, pero la curiosidad pudo más.

Con un movimiento de la pluma, dibujaron un mapa y, de repente, todo a su alrededor comenzó a brillar. En un parpadeo, se encontraron en la antigua Grecia, rodeados de columnas y filósofos que debatían sobre la vida.

"¡Wow! ¡Esto es increíble!" - exclamó Ansiedad.

"Tendremos que ser cuidadosos, no podemos ser vistos como si fuéramos de otro tiempo" - avisó Temor mientras observaban a su alrededor.

Decidieron acercarse a un grupo que charlaba sobre la amistad. Un anciano filósofo, con una larga barba blanca, les dijo:

"La amistad es el tesoro más grande que uno puede tener. Sin ella, los desafíos de la vida se vuelven más difíciles de enfrentar."

Los amigos se miraron, comprendiendo que estaban en el lugar correcto, y decidieron preguntar más.

"¿Cómo podemos ser buenos amigos?" - preguntó Ansiedad con curiosidad.

"Escuchando y apoyando a los demás. A veces, el miedo puede hacernos dudar, pero tener a alguien al lado lo hace más fácil" - respondió el anciano.

Temor asintió en señal de acuerdo.

"Tienes razón, siempre nos ayudamos mutuamente" - dijo.

Sin embargo, justo cuando estaban por seguir aprendiendo, un fuerte viento los envolvió y de repente se encontraron en el medio de un bosque oscuro.

"Esto no parece buena señal..." - comentó Temor, frunciendo el ceño.

"No hay que asustarse. Recuerda lo que aprendimos: juntos podemos enfrentar cualquier desafío" - aseguró Ansiedad.

De repente, escucharon un susurro tenue proveniente de detrás de unos árboles. Una pequeña criatura emergió, temblando de miedo.

"Perdí a mis amigos y no sé cómo volver a casa" - dijo la criatura.

"No te preocupes, nosotros te ayudaremos" - ofreció Ansiedad.

"Sí, juntos podemos encontrar a tus amigos" - agregó Temor, sintiéndose valiente a pesar de la situación.

Así, se pusieron en marcha, guiando a la criatura por el bosque. A lo largo de su camino, descubrieron la belleza de la amistad y cómo enfrentar el miedo.

"Por acá, creo que escucho voces" - dijo Temor, mirando hacia la dirección de donde provenían los sonidos.

"¿Y si no son sus amigos?" - preguntó Ansiedad, sintiéndose un poco inseguro.

"¡No importa! Siempre es mejor intentar que quedarnos paralizados por el miedo" - respondió Temor, decidido.

Al acercarse, vieron a un grupo de criaturas pequeñas, asustadas y buscando a su amiga.

"¡Mira! ¡Es ella!" - gritó Ansiedad. Las criaturas se abrazaron fuertemente y entonces la tristeza se transformó en alegría.

"¡Gracias por ayudarnos!" - dijo la amiga, llenando de sonrisas a todos.

"Nos enseñaste que la amistad es la clave, y que juntos podemos superar cualquier obstáculo" - compartió Temor.

Con el corazón lleno de felicidad, Ansiedad y Temor volvieron al bosque, listos para regresar a casa.

"¿Qué te parece si ahora buscamos un viaje a la luna?" - planteó Ansiedad, con la mirada soñadora.

"¡Sí! Pero esta vez, me encantaría llevar a más amigos" - respondió Temor, sonriendo.

Y así, con su pluma mágica y un nuevo mapa, los amigos sabían que lo que realmente importaba en sus aventuras era que siempre se tenían el uno al otro y juntos podrían enfrentar cualquier desafío.

Estos valientes viajeros regresarían a su hogar, no solo con recuerdos de sus increíbles aventuras por el tiempo, sino con un gigantesco tesoro: el saber que la amistad verdadera puede conquistar hasta los miedos más profundos.

FIN.

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