El viaje en el tiempo del pequeño explorador



Había una vez un niño llamado Matías que siempre había soñado con viajar al pasado y conocer a los dinosaurios. Un día, mientras exploraba el jardín de su abuelo, encontró un extraño reloj de bolsillo.

Al abrirlo, Matías fue envuelto por una luz brillante y, de repente, se encontró en medio de un bosque prehistórico. Asombrado, se dio cuenta de que había viajado al pasado, justo a la era de los dinosaurios. Con valentía, decidió explorar aquel mundo desconocido.

Pronto, se encontró con un pequeño dinosaurio atrapado entre las ramas de un árbol.

Sin dudarlo, Matías lo ayudó a liberarse y, a cambio, el dinosaurio lo invitó a su hogar, donde conoció a su familia y a otros dinosaurios de la zona. -Hola, soy Matías, ¿y tú? -dijo el niño al pequeño dinosaurio. -¡Hola, soy Tito! ¡Gracias por salvarme! -respondió el dinosaurio con entusiasmo.

Matías pasó días maravillosos conviviendo con los dinosaurios, aprendiendo sobre su forma de vida y explorando su entorno. Sin embargo, un día, un temible Tiranosaurio Rex comenzó a atacar la zona, poniendo en peligro a los pequeños dinosaurios y a Matías.

Con valentía, el niño ideó un plan para alejar al feroz depredador y proteger a sus nuevos amigos. Usando sus conocimientos modernos, logró construir trampas y crear distracciones para mantener al T-Rex lejos de la zona habitada. Finalmente, con astucia y valor, Matías logró salvar a los dinosaurios y ganarse su admiración.

Llegado el momento, el reloj de bolsillo comenzó a brillar nuevamente, indicando que era hora de regresar a su tiempo. Adiós, amigos, siempre los recordaré con cariño. -se despidió Matías con un nudo en la garganta.

Con un parpadeo, el niño volvió a estar en el jardín de su abuelo, con el reloj de bolsillo en la mano y una sonrisa en el rostro.

A partir de ese día, Matías supo que los verdaderos héroes no solo viven en el pasado, sino que pueden hacer un impacto positivo en cualquier época. Y aunque su aventura con los dinosaurios había llegado a su fin, la valentía y el espíritu de amistad que encontró en aquel mundo perduraron en su corazón para siempre.

FIN.

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