El viaje espacial



Marvin siempre soñaba con ser astronauta. Desde pequeño, su habitación estaba decorada con planetas, estrellas y naves espaciales. Pasaba horas leyendo sobre la vida en el espacio y mirando documentales sobre las misiones de la NASA.

Un día, Marvin decidió que quería hacer realidad su sueño. Se acercó a sus padres y les dijo:- Mamá, papá, quiero ser astronauta cuando sea grande.

Sus padres lo miraron con orgullo y le dijeron que si ese era su sueño, luchara por él. Marvin no perdió tiempo. Comenzó a estudiar todos los días después de la escuela para asegurarse de obtener buenas notas.

También se unió al club de ciencias en su escuela para aprender más sobre el universo. Pero había un obstáculo: Flix, su mascota juguetona que siempre parecía distraerlo durante sus estudios. - ¡Flix! - exclamó Marvin mientras intentaba leer un libro -. Deja de jugar con mi lápiz.

Flix saltó hacia atrás como si supiera que había sido descubierto y comenzó a maullar pidiendo atención. Marvin sabía que debía encontrar una solución para concentrarse mejor en sus estudios.

Entonces pensó en algo: ¿y si le enseñaba a Flix todo lo que sabía? Comenzaron a pasar tiempo juntos todos los días después de la escuela. Marvin le mostraba fotos del espacio y explicaba cómo funcionaban las naves espaciales. Incluso construyeron juntos una maqueta del sistema solar.

Después de semanas de estudio arduo y dedicación, llegó el gran día: Marvin debía presentar un proyecto sobre el universo en su escuela. Estaba nervioso, pero sabía que había trabajado duro para ello.

- ¡Buena suerte, hijo! - dijo su mamá mientras lo dejaba en la puerta de la escuela. Marvin se acercó a la clase con confianza y comenzó a explicar todo lo que había aprendido. La emoción se apoderó de él cuando notó que sus compañeros estaban fascinados por sus palabras.

Cuando terminó, todos aplaudieron emocionados y su profesora le dio un abrazo cálido. - ¡Increíble trabajo, Marvin! - dijo ella -. Eres una estrella brillante en nuestro salón de clases. Marvin sonrió de oreja a oreja.

Sabía que había hecho algo importante y estaba más seguro que nunca de querer ser astronauta algún día. Más tarde esa noche, mientras compartían galletas de mantequilla juntos, Flix maulló como si quisiera decir algo importante.

Marvin lo miró con atención y sabía exactamente lo que quería decir:- Lo sé, Flix. Juntos podemos lograr cualquier cosa si trabajamos duro y nos enfocamos en nuestros sueños.

Y así fue cómo Marvin aprendió la importancia del esfuerzo y la dedicación para alcanzar sus metas. Y quién sabe... tal vez algún día veremos a Marvin convertirse en un astronauta real explorando constelaciones desconocidas junto a Flix como su fiel compañera espacial.

FIN.

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