El Viaje Especial de Mateo
Hola, soy Mateo y estoy escribiendo esto desde mi nave especial. Soy un pequeño viajero del espacio y estoy muy emocionado porque el próximo año voy a llegar a un lugar llamado Tierra. Desde aquí, puedo ver una cantidad enorme de estrellas que parpadean como los ojos de millones de amigos.
La nave se llama 'Estrella Brillante' y tiene muchas luces que giran y suenan como canciones de cuna. Me encanta vivir aquí, pero a veces siento un cosquilleo en el estómago pensando en lo que me espera en el mundo nuevo.
- ¿Qué será la Tierra? - me pregunto, mirando por la ventana, viendo planetas y cometas pasar. En la nave hay un lugar especial donde puedo ver videos de la Tierra. Un día, vi un video de niños jugando en un parque. - ¡Mirá, soy uno de ellos! - grité. - ¿No te gustaría jugar en el parque, Mateo? - me dijo el robot que cuida de mí.
- Sí, pero necesito aprender un montón de cosas antes de llegar - respondí. Así que me puse a estudiar todo lo que pude, desde cómo andar en bicicleta hasta cómo hacer el mejor dibujo. Me gusta dibujar especialmente porque quiero mostrarles a mis nuevos amigos lo que veo desde aquí.
Un día, mientras estaba en la sala de control de la nave, vi algo misterioso en la pantalla. Un planeta pequeño, colorido como un arcoíris.
- ¡Mirá eso, robot! - exclamé. - ¿Podemos ir?
- No podemos, Mateo. Eso es un lugar peligroso y no está en nuestro recorrido. - Entonces, me sentí un poco triste.
Pero decidí que podía crear mi propio pequeño planeta en la nave. Comencé a hacer manualidades con papeles de colores y pedacitos de metal que encontraba aquí y allá. Hice montañas, ríos y un montón de árboles.
- ¡Mirá, robot! - le grité mientras le mostraba mi creación. - Este es mi mundo. Aquí nadie está sólo, todos juegan juntos.
- Es hermoso, Mateo. Has creado un lugar mágico. - Sonreí pensando que eso podía ser un reflejo de cómo quería que fuera la Tierra: llena de amistad y alegría.
Cuando mi mamá me llamaba, siempre me decía:
- Mateo, quiero que sepas que en la Tierra, hay mucho amor y muchas aventuras que te esperan. Quiero que tú las descubras.
- ¿Qué tipo de aventuras, mamá? - pregunté curioso. Ella sonreía y me contaba sobre familias que ríen, sobre la niebla de la mañana y las galletitas que se hornean en casa. Me encantaba escucharla.
- Cada día, en la Tierra, puede ser una nueva aventura, Mateo. - dijo.
Finalmente, llegó un día especial.
- ¡Mateo, ya queda un año para llegar a la Tierra! - me gritó el robot. Hice un gran salto de felicidad, pero también sentí un poco de nervios.
- ¿Y si no soy como los demás niños? - pregunté.
- Siempre serás especial, Mateo. Recuerda, las diferencias son lo que hacen el mundo apasionante. - me respondió.
Pasó el tiempo, y cada vez que me sentaba a escribir en mi diario, sentía que algo cambiaba en mí. Empecé a entender que no se trataba solo de lo que iba a vivir, sino de lo que iba a dar. La amistad, la creatividad, la curiosidad.
Finalmente, un día, llegó un mensaje de mamá.
- Mateo, hoy tengo una gran noticia. - Su voz sonaba emocionada. - ¡Estoy esperando un nuevo bebé!
Mis ojos brillaron, - ¿Voy a tener un hermano o una hermana? - Ella asintió.
- ¡Voy a contarle todo sobre la Tierra y tus viajes!
Siento que todo lo que he vivido en esta nave ha sido solamente el comienzo.
Y aquí estoy, escribiendo esta historia para ustedes, queridos abuelos. Se la quiero leer a mi nuevo hermano o hermana cuando llegue a la Tierra y decirles: - No tengan miedo de ser diferentes. Aquí todo es posible y hay un brillo especial en cada uno de nosotros.
La Tierra nos espera, llena de colores de los que ya he hecho mi pequeño mundo. Y pronto, será nuestro.
Entonces, aunque estoy aquí, ya estoy allí, en cada sonrisa de quienes me esperan.
Los quiero mucho.
¡Hasta pronto!
Mateo.
FIN.