El Viaje Estelar de Laura



Laura era una niña curiosa y soñadora que desde pequeña había sentido una fascinación especial por el espacio.

Pasaba horas mirando las estrellas, leyendo libros sobre astronautas y planetas, y soñando despierta con viajar más allá de la atmósfera terrestre. Además, su color favorito era el azul, un tono que le recordaba al cielo infinito y profundo.

Pero cada vez que Laura expresaba su deseo de ser astronauta y explorar el cosmos, sus padres la miraban con incredulidad y le decían: "Eso es para niños, cariño. Mejor enfócate en cosas más realistas". Sin embargo, Laura no se dejaba desanimar por los comentarios de sus padres.

Sabía en lo más profundo de su corazón que su sueño era válido y posible. Un día, mientras observaba una lluvia de estrellas desde la ventana de su habitación, Laura tomó una decisión valiente.

Se levantó decidida, fue a su armario y sacó un traje espacial azul brillante que había cosido ella misma con retazos de tela. Se vistió rápidamente con él y corrió hacia el jardín trasero de su casa. Allí encontró una vieja caja de cartón grande que utilizó como nave espacial improvisada.

Se sentó dentro, cerró los ojos e imaginó estar despegando rumbo a las estrellas. De repente, sintió un cosquilleo en todo su cuerpo y cuando abrió los ojos se dio cuenta de que realmente estaba flotando en el espacio.

Asombrada pero emocionada, Laura comenzó a explorar la inmensidad del universo. Pasó junto a asteroides brillantes, se deslizó entre anillos planetarios resplandecientes y saludó a extraterrestres amigables que le sonreían desde sus naves espaciales.

"¡Esto es increíble! ¡Estoy volando al espacio vestida de azul!", exclamaba Laura emocionada mientras admiraba la belleza cósmica a su alrededor. De repente, escuchó una voz cálida y familiar resonando en el vacío del espacio.

Era la voz de sus padres diciéndole: "Hija querida, siempre hemos creído en ti. Estamos orgullosos de tu valentía para perseguir tus sueños". Laura se sintió reconfortada al escuchar esas palabras y comprendió que sus padres solo querían lo mejor para ella aunque no entendieran completamente sus aspiraciones espaciales.

Finalmente, después de vivir aventuras extraordinarias en el espacio durante lo que pareció ser una eternidad pero también un instante fugaz, Laura regresó a casa sana y salva.

Descubrió que nunca había abandonado realmente la Tierra; todo había sido parte de un viaje mágico impulsado por su imaginación poderosa. Desde ese día en adelante, Laura siguió cultivando su amor por el espacio y el color azul sin importar lo que dijeran los demás.

Sabía que los límites solo existen en la mente y que con determinación y creatividad cualquier sueño puede hacerse realidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!