El Viaje Estelar de Nico
En una nave espacial brillante y divertida, un niño llamado Nico miraba por la ventana mientras el vasto universo pasaba a su lado. "¡Wow!" exclamó, con ojos deslumbrados. "¡Nunca había visto tantas estrellas!"
Nico pertenecía a una aventura especial, una misión que lo llevaría a la Tierra. En su día a día, charlaba con sus amigos de otros planetas. "Uno de estos días, voy a tocar la tierra y hacer volar una cometa con mis nuevos amigos", soñaba.
"¿Qué color creés que va a tener tu cometa?" preguntó Lila, su amiga de un planeta lleno de flores musicales.
"¡Roja con rayas amarillas!" contestó entusiasmado.
"Y cuando llegues, ¿qué harás primero?" preguntó Tobi, un pequeño robot que siempre estaba dando vueltas.
"Voy a correr en la playa y sentir la arena en mis pies", dijo Nico, recordando cómo su mamá le había contado sobre el mar.
Pero había algo que Nico no sabía. Su madre también estaba en la Tierra, y cada noche miraba al cielo, deseando que su pequeño viajero regresara pronto. La nave de Nico avanzaba en su viaje, pero en su corazón, siempre había un pedacito de tierra que lo esperaba.
Un día, mientras estaban todos reunidos en la nave, el capitán dijo, "¡Atención, tripulación! Estamos a un año de nuestro destino. ¡Hagamos que sea un año memorable!". La emoción crecía, y Nico decidió que harían un calendario de estrellas, donde cada estrella representara un día de su viaje.
Después de una serie de días decorando el calendario, en uno de esos momentos mágicos, Lila dijo: "Nico, deberías escribirle una carta a tu mamá. Seguro se pondría muy feliz».
"¡Es una gran idea!" respondió Nico.
"Le contaré todo sobre las estrellas y lo emocionado que estoy por tocar la Tierra". Así que, con lápiz y papel, comenzó a escribir.
Pasaron los meses, y la nave continuaba su rumbo hacia la Tierra. Un día, mientras observaban el espacio, Nico sintió algo en su corazón. "A veces siento que estoy muy cerca de mi mamá" comentó.
"¡Porque así es! ," dijo Tobi, "siempre está contigo, aunque no la veas. El amor no tiene distancia".
Nico sonrió, entendiendo que su aventura no solo era un viaje físico. Era un viaje lleno de amor y esperanza.
Finalmente, el último día en la nave llegó. Nico miró su calendario lleno de estrellas y respiró hondo. "¡Estamos casi allí!" gritó con alegría.
"Sí, ¡hay tanta emoción en el aire!" dijo Lila.
La nave descendió suavemente sobre un paisaje azul y verde, mientras Nico sentía una mezcla de nervios y alegría. Cuando aterrizaron, Nico abrió la puerta, y cuando pisó la tierra, sintió algo extraordinario.
"¡Mirá las flores!" gritó. "Y el cielo... es tan grande!"
Sin embargo, en ese momento, un grupo de personas se acercó, y entre ellos, vio un rostro familiar, el de su madre. Pero lo que Nico no sabía es que su llegada no solo sería un encuentro, sino un hermoso comienzo de una nueva vida, ya que su madre estaba esperando su llegada desde antes de que él partiera.
"Nico, mi amor," dijo ella, con lágrimas de alegría en los ojos. "¡Te hemos estado esperando!"
Entonces, los abuelos de Nico, que estaban leyendo esta historia sentados en su sala, miraron entre sí.
"Es momento de que le contemos la sorpresa a la familia", dijo la abuela sonriendo.
"¡Sí! Nico también formará parte de nuestra próxima aventura. Tu mamá está embarazada de él", dijo el abuelo con una gran sonrisa.
Así fue como un cuento sobre un niño viajero se convirtió en la historia de cómo todo el amor que habita el universo espera algo maravilloso para llegar a la Tierra.
FIN.