El viaje estelar de papá
Había una vez un padre llamado Juan, quien amaba profundamente a sus dos hijos, Sofía y Martín. Siempre los cuidaba, les leía cuentos antes de dormir y jugaba con ellos en el parque.
Pero un día, algo inesperado ocurrió: la Tierra estaba en peligro y Juan fue elegido para viajar a otro planeta y salvar al mundo. Juan se sentó con sus hijos en el sofá de la sala y les explicó la difícil situación.
"Mis queridos hijos", comenzó diciendo con voz suave pero decidida, "la Tierra está en peligro y necesitan a alguien que vaya a otro planeta para ayudar. Me han elegido para esta importante misión".
Sofía y Martín quedaron sorprendidos ante las palabras de su padre. No podían creer que tenía que irse tan lejos. "-Pero papá, ¿y quién nos cuidará mientras estás fuera?" preguntó Sofía preocupada. Juan sonrió amorosamente a sus hijos mientras los abrazaba fuertemente.
"-No se preocupen mis pequeños, he pensado en todo. Tendrán a su tío Pedro aquí para cuidarlos como si fuera yo mismo". Tío Pedro era divertido y siempre estaba dispuesto a jugar con Sofía y Martín.
Los niños sabían que estarían bien cuidados durante la ausencia de su padre. Los días pasaban rápidamente y llegó el momento del viaje de Juan hacia el otro planeta. Abrazó fuertemente a Sofía y Martín antes de subir al cohete espacial.
El viaje fue largo e incierto, pero finalmente Juan llegó al nuevo planeta llamado Esperanza. Allí conoció a otros valientes astronautas de diferentes partes del mundo que también habían sido elegidos para salvar al planeta Tierra.
Juntos, trabajaron arduamente para encontrar una solución al problema que amenazaba a la Tierra. Descubrieron que el planeta Esperanza tenía recursos naturales muy especiales que podrían ayudar a resolver la crisis.
Juan y sus compañeros se dedicaron día y noche a investigar y desarrollar nuevas tecnologías utilizando los recursos del nuevo planeta. Pasaron meses en el laboratorio, pero nunca dejaron de pensar en sus seres queridos en la Tierra.
Mientras tanto, Sofía y Martín extrañaban mucho a su padre, pero tío Pedro siempre estaba allí para apoyarlos. Juntos, hacían pasteles, jugaban fútbol y visitaban el parque donde solían ir con su papá. Un día soleado, mientras jugaban en el parque, Sofía encontró un objeto brillante entre los arbustos.
Era una pequeña cápsula espacial con un mensaje dentro. "-¡Martín! ¡Mira lo que encontré!" exclamó emocionada Sofía.
Ambos abrieron la cápsula y descubrieron un mensaje de su padre: "Mis amados hijos, quiero que sepan lo orgulloso que estoy de ustedes por ser tan valientes durante mi ausencia. Estoy trabajando duro para regresar pronto a casa". Sofía y Martín sonreían mientras leían las palabras de su padre. Sabían que aunque estuviera lejos físicamente, siempre estaría presente en sus corazones.
Finalmente, después de largos meses de trabajo arduo, Juan y sus compañeros lograron encontrar una solución para salvar el mundo. Regresaron a la Tierra como héroes, recibidos con aplausos y gratitud.
Sofía y Martín corrieron hacia su padre, abrazándolo con fuerza. "-¡Papá, estás de vuelta!" exclamaron emocionados. Juan los levantó en brazos y les dio un beso en la frente.
"-Sí mis amores, estoy de vuelta gracias al trabajo en equipo y a la esperanza que nos guió". Desde aquel día, Sofía y Martín aprendieron sobre el valor del amor incondicional de su padre y cómo incluso cuando las circunstancias parecen difíciles, nunca deben perder la esperanza. Juntos, construyeron un futuro mejor para todos.
Y así termina esta historia inspiradora de un padre que amaba a sus hijos tanto que se fue a salvar el mundo en otro planeta.
Una historia llena de amor familiar, valentía y esperanza para recordarnos que siempre hay una luz brillante al final del camino.
FIN.