El Viaje hacia la Amistad



Una mañana soleada en el colegio Primaria Espero, Patricia estaba chateando con su mejor amiga, Marcela. Ambas estaban emocionadas porque ese año comenzarían la escuela secundaria.

Patricia, con su cabello rizado y una sonrisa contagiosa, dijo: "Marcela, ¿te imaginás cómo será la secundaria? Vamos a tener tantas materias nuevas y conocer muchos amigos nuevos!"

"¡Sí! No puedo esperar para ver qué aventuras nos esperan. Pero tengo un poco de miedo, ¿y si no hacemos nuevos amigos?" - respondió Marcela, un poquito nerviosa.

Mientras tanto, Víctor, un chico que estaba en la clase de al lado, escuchó la conversación. Aunque era un poco más callado y tímido que las chicas, decía para sí mismo: "Ojalá pueda hacer nuevos amigos también. No quiero sentirme solo."

El primer día de secundaria llegó. Patricia y Marcela se aferraron a sus mochilas mientras entraban al aula. Todo parecía un poco abrumador: nuevos compañeros, nuevos profesores y habitaciones más grandes. Justo al llegar, se dieron cuenta que nuevamente compartirían clase con Víctor, a quien ya conocían, pero no lo hablaban mucho.

"¡Mirá! ¡El primer día!" - exclamó Patricia, tratando de animar el ambiente.

"Sí, ¡olvidémosnos del miedo!" - agregó Marcela, con una sonrisa.

"¿Querés sentarte con nosotros, Víctor?" - invitó Patricia, notando que él estaba un poco apartado.

Víctor se sonrojó un poco, pero aceptó la invitación. Mientras charlaban y se reían, el profesor entró y les dio la bienvenida a una nueva etapa de sus vidas.

A medida que pasaban los días, la relación entre los tres se fue fortaleciendo. Organizaban tareas juntos, se ayudaban mutuamente, e incluso comenzaron un pequeño club de lectura. Pero un día, Patricia y Marcela decidieron hacer un proyecto de ciencias y, sin querer, olvidaron invitar a Víctor. Cuando él se enteró, se sintió triste y menospreciado.

"Hola, chicas. ¿Por qué no me dijeron que estaban trabajando en un proyecto de ciencias?" - preguntó Víctor con tristeza.

Patricia se dio cuenta de lo que había pasado y dijo rápidamente: "¡Lo siento, Víctor! No fue nuestra intención. Queremos que seas parte de esto, puedes ayudarnos mucho!"

"Sí, Víctor, ¡no fue justo para vos!" - agregó Marcela.

El corazón de Víctor se llenó de esperanza, y decidió darles otra oportunidad. Mientras trabajaban juntos, comenzaron a descubrir las fortalezas y talentos de cada uno. Patricia tenía una gran creatividad, Marcela era organizada y Víctor tenía una mente analítica.

Poco a poco, su amistad creció aún más, y encontraron formas de hacer que todos se sintieran incluidos en las actividades. Al final del año, presentaron su proyecto y, con el esfuerzo de todos, lograron el primer premio.

"¡No lo hubiera logrado sin ustedes!" - dijo Víctor con una gran sonrisa.

"Y nosotros sin vos tampoco, ¡fue un trabajo en equipo!" - contestó Patricia, emocionada.

Su amistad se volvió más fuerte y juntos se prometieron siempre incluirse y apoyarse, sin importar las circunstancias. El viaje hacia la amistad les enseñó que trabajar en equipo y ser inclusivos son claves para construir lazos duraderos.

Al terminar el año, se despidieron con un gran abrazo, listos para enfrentar un nuevo ciclo escolar, pero, sobre todo, listos para afrontar cualquier reto juntos.

Y así, Patricia, Marcela y Víctor aprendieron que la amistad se basa en el respeto, la inclusión y la colaboración, creando un hermoso lazo que duraría toda la vida.

FIN.

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