El viaje hacia la Montaña de los Sueños



Había una vez en un bosque encantado, tres amigos muy especiales: Perro, Gato y Conejo. Vivían juntos en una casita pequeña al pie de un árbol gigante, donde compartían aventuras y travesuras todos los días.

Un día soleado, mientras paseaban por el bosque, encontraron un mapa antiguo que mostraba el camino hacia la Montaña de los Sueños.

Según la leyenda, en la cima de esa montaña se encontraba una fuente mágica capaz de conceder un deseo a quien bebiera de sus aguas cristalinas. "¡Qué emoción! ¡Debemos ir a buscarla!", exclamó Conejo con entusiasmo. "Sí, sería increíble tener un deseo cumplido", dijo Gato emocionado. "¡Vamos juntos en esta aventura!", propuso Perro con alegría.

Los tres amigos se prepararon con provisiones y comenzaron su viaje hacia la Montaña de los Sueños. El camino estaba lleno de obstáculos y desafíos, pero juntos lograban superarlos con valentía y trabajo en equipo.

Cruzaron ríos caudalosos, escalaron altas montañas y esquivaron trampas peligrosas. Después de varios días de travesía, finalmente llegaron a la cima de la Montaña de los Sueños. Frente a ellos brillaba la fuente mágica con sus aguas cristalinas que emanaban destellos dorados.

Sin embargo, algo inesperado sucedió: solo uno de ellos podría beber del agua mágica para pedir un deseo. "¿Y ahora qué hacemos? ¿Cómo decidimos quién bebe?", preguntó Gato preocupado. "No podemos pelear por esto.

Debemos encontrar una solución juntos", dijo Conejo pensativo. En ese momento, Perro tuvo una idea brillante: proponer hacer un juego justo para decidir quién tendría el privilegio de pedir el deseo.

Idearon una competencia amistosa que pusiera a prueba las habilidades únicas de cada uno: carrera veloz para Perro, salto alto para Conejo y agilidad para Gato. El juego fue emocionante y reñido hasta el final.

Al finalizar, Conejo resultó ser el ganador gracias a su destreza en el salto alto. Se acercó entonces a la fuente mágica y bebió con gratitud del agua cristalina antes de formular su deseo en voz alta:"Deseo que todos los habitantes del bosque vivan en armonía y felicidad eterna".

Al instante, todo el bosque se iluminó con colores vibrantes y una melodía dulce resonó por todos lados.

Los animales del bosque salieron jubilosos a celebrar junto a Perro, Gato y Conejo por haber traído paz y alegría al lugar gracias a su amistad sincera y solidaridad inquebrantable.

Desde ese día en adelante, los tres amigos siguieron viviendo aventuras extraordinarias junto a los demás habitantes del bosque; demostrando que cuando se trabaja en equipo y se prioriza el bienestar común sobre lo individual, cualquier sueño puede hacerse realidad.

FIN.

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