El viaje hacia un futuro sostenible
Había una vez un niño llamado Tomás, quien vivía en un mundo donde la naturaleza estaba siendo destruida por los humanos.
Él siempre soñaba con un futuro mejor, donde las personas cuidaban el medio ambiente y vivían en armonía con la naturaleza. Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, se encontró con una extraña criatura. Era como un pájaro gigante pero tenía la capacidad de hablar.
La criatura le dijo que venía del futuro y que había sido enviado para llevarlo en un viaje hacia ese mundo mejor que él tanto anhelaba. Tomás aceptó sin dudarlo y montó sobre el lomo de la criatura.
Juntos volaron hacia el futuro y lo primero que vieron fue asombroso: hermosas cascadas rodeadas de árboles frondosos y animales jugando libremente. - ¡Es increíble! -exclamó Tomás emocionado-. ¿Cómo logramos esto? - Los humanos aprendieron a cuidar la naturaleza -le respondió la criatura-.
Se dieron cuenta de que ella es nuestra fuente de vida y comenzaron a actuar con responsabilidad. Mientras seguían volando, llegaron a una ciudad futurista donde todo funcionaba con energías renovables y los edificios estaban cubiertos de jardines verticales.
- ¡Esto es impresionante! -dijo Tomás sorprendido-. ¿Cómo lo lograron? - Los humanos entendieron que debemos proteger nuestro hogar, no solo para nosotros sino también para las generaciones futuras -explicó la criatura- Y así crearon tecnologías amigables con el medio ambiente.
Después de recorrer la ciudad, la criatura llevó a Tomás hacia un lugar muy especial: un jardín lleno de flores y plantas, donde había una pequeña casa blanca. Al acercarse, Tomás reconoció el lugar. - ¡Es mi casa! -exclamó con sorpresa-.
¿Cómo es posible? - Este es tu futuro -le dijo la criatura-. En este mundo mejor que tanto anhelabas, aprendiste a cuidar la naturaleza y a actuar con responsabilidad. Y también aprendiste algo muy importante: el perdón.
Tomás recordó algo que le había pasado años atrás. Había discutido con su mejor amigo y nunca habían vuelto a hablar. Se sintió mal al recordarlo pero decidió enfrentarlo.
- Quiero pedirle perdón a mi amigo -dijo Tomás decidido. La criatura sonrió y desapareció en el aire mientras Tomás se dirigía hacia su casa para buscar a su amigo.
Cuando lo encontró, le pidió perdón por lo que había pasado años atrás y su amigo aceptó sus disculpas emocionado. Los dos se abrazaron y lloraron juntos por todo ese tiempo perdido. Tomás volvió al presente sintiéndose diferente.
Ahora sabía qué tenía que hacer para construir ese mundo mejor que tanto anhelaba: cuidar la naturaleza, actuar con responsabilidad y aprender a perdonar. Desde entonces, él comenzó a trabajar duro en cada una de estas cosas para lograr ese futuro tan maravilloso que había visto junto con la criatura mágica del futuro.
FIN.