El viaje inesperado de Tomás y Jase


Tomás y Jase eran dos amigos muy curiosos que siempre estaban buscando aventuras. Un día, decidieron ir a explorar el campo y se escaparon a la pampa sin avisar a nadie.

Cuando llegaron a la pradera, vieron una gran pelota roja que brillaba bajo el sol. Sin pensarlo dos veces, decidieron acercarse a jugar con ella. - Mira, Jase, ¡qué linda pelota! Vamos a darle una patada bien fuerte, ¡a ver quién la tira más lejos! - exclamó Tomás emocionado.

Sin embargo, justo cuando Tomás estaba a punto de patear la pelota, un viento helado comenzó a soplar y las nubes se oscurecieron rápidamente. Un tornado se estaba formando a lo lejos, y rápidamente se dirigía hacia ellos.

Sin darse cuenta del peligro, los dos amigos continuaron jugando, pero de repente, el tornado los atrapó y los levantó en el aire. Giraban y giraban sin control, asustados y sin saber qué hacer.

- ¡Ayuda! ¡Esto es aterrador! - gritó Jase, aferrándose a Tomás. De repente, Tomás recordó un consejo que su abuelo le había dado: en situaciones de peligro, mantén la calma y busca una solución. - ¡Tranquilo, Jase, vamos a salir de esta! - exclamó Tomás con determinación.

Entonces, vieron una cuerda que sobresalía de una nube y decidieron agarrarse fuerte. Con valentía, lograron aferrarse a la cuerda y, poco a poco, fueron descendiendo hasta que finalmente tocaron tierra firme. Exhaustos pero a salvo, se abrazaron con alivio.

A partir de ese día, Tomás y Jase aprendieron que, incluso en las situaciones más aterradoras, la calma y el trabajo en equipo siempre pueden ayudar a superar los obstáculos.

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