El viaje intergaláctico de Germán, Messi y Galactus
Un día soleado en Nueva York, Germán Martitegui y Messi se encontraban disfrutando de un lindo paseo por la ciudad. De repente, en el cielo apareció una enorme nave espacial que se acercaba cada vez más hacia ellos.
- ¡Mira! ¿Qué es eso? - preguntó Messi asombrado. - No lo sé, pero parece una nave extraterrestre - respondió Germán con preocupación. La nave aterrizó suavemente en la terraza del edificio donde se encontraban los dos amigos.
De ella salió un ser gigante con un aspecto muy temible y extraño. - Soy Galactus, el devorador de planetas - dijo el ser con voz profunda.
Germán y Messi estaban asustados al principio, pero luego notaron que Galactus no tenía intenciones hostiles hacia ellos. - ¿Qué haces aquí? - preguntó Germán curioso. - Estoy buscando nuevos planetas para alimentarme. Mi energía está disminuyendo rápidamente y necesito encontrar uno pronto - explicó Galactus tristemente.
Germán y Messi sintieron mucha pena por él y decidieron ayudarlo a buscar otro planeta para que pudiera sobrevivir sin tener que comer el nuestro. Juntos emprendieron un viaje por todo el universo buscando un nuevo hogar para Galactus.
Durante su aventura, conocieron nuevas especies alienígenas e incluso tuvieron algunas peleas emocionantes contra naves espaciales piratas. Pero finalmente, después de mucho tiempo de búsqueda, encontraron un planeta adecuado para Galactus. - Muchas gracias amigos míos - dijo Galactus emocionado-. Nunca olvidaré su ayuda.
- ¡De nada! - respondieron Germán y Messi al unísono. Los tres se despidieron con un abrazo y Galactus partió hacia su nuevo hogar en paz.
Germán y Messi regresaron a Nueva York con la satisfacción de haber hecho una buena acción. Desde ese día, Germán y Messi aprendieron que no hay que juzgar a alguien por su apariencia y que siempre es importante ayudar a los demás, sin importar cuán diferentes sean.
Y así vivieron felices para siempre, recordando esa aventura espacial como uno de los mejores momentos de sus vidas.
FIN.