El viaje interior de Mario


Mario era un niño muy curioso y creativo. Siempre estaba buscando nuevas aventuras y retos para divertirse.

Esa tarde de viernes 13 de mayo, mientras jugaba en su consola Play 4, Mario se preguntó: "¿Cómo sería viajar a mi mente y descubrir todo lo que tengo guardado allí?". De repente, una luz brillante llenó su habitación y una especie de portal se abrió frente a él.

Sin dudarlo, Mario decidió entrar en ese extraño portal y, al hacerlo, sintió como si estuviera flotando en el aire. Cuando finalmente tocó tierra firme, se encontró en un lugar mágico y colorido. Era su propia mente, pero parecía un mundo completamente nuevo.

Había montañas de libros con historias por descubrir, ríos de pinturas por explorar y árboles llenos de ideas brillantes. "¡Wow! ¡Esto es increíble!" -exclamó Mario emocionado. De repente, un personaje peculiar se acercó a él.

Era su imaginación tomando forma: un hada con alas brillantes y una sonrisa cálida. "Hola Mario", dijo el hada. "Bienvenido a tu mente. Aquí encontrarás todo lo que necesitas para seguir creciendo y aprendiendo".

El hada guio a Mario por diferentes lugares de su mente. En cada rincón descubrían recuerdos felices, sueños por cumplir e incluso miedos que debían enfrentar juntos. "¿Por qué hay tantas puertas cerradas?", preguntó Mario intrigado al ver unas puertas grandes con candados.

"Esas son las puertas que guardan tus mayores desafíos", explicó el hada. "Para abrirlas necesitarás valentía, perseverancia y confianza en ti mismo". Decidido a superar cualquier obstáculo, Mario aceptó el desafío.

Juntos resolvieron acertijos difíciles, vencieron sus propios miedos e incluso ayudaron a otros personajes dentro de la mente de Mario que necesitaban apoyo. Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron abrir la última puerta cerrada.

Detrás de ella encontraron una versión más fuerte y segura de sí mismo; alguien capaz de enfrentar cualquier adversidad con determinación y optimismo. "Gracias por ayudarme a descubrir todo mi potencial", dijo Mario emocionado al hada antes de regresar a la realidad.

Con un destello brillante, volvió a su habitación justo a tiempo para la cena familiar del viernes por la noche. Aunque nadie le creyera cuando contara su increíble aventura en su propia mente aquella tarde especial del viernes 13 de mayo en Madrid.

Desde ese día, Mario supo que siempre tenía dentro de sí mismo las herramientas necesarias para superar cualquier reto que se presentara en su camino; solo debía recordar ser valiente, perseverante y confiar en sí mismo como lo había hecho durante aquel maravilloso viaje interior.

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