El viaje mágico de la maestra Loris



En una ciudad colorida y llena de vida, vivía la maestra Loris, una mujer sabia y curiosa que amaba enseñar a los pequeños. Loris creía en el método Reggio Emilia, el cual le enseñaba a observar y escuchar a los niños para construir el aprendizaje en base a sus intereses y entorno.

Un día, la maestra Loris decidió llevar a sus alumnos en un viaje mágico. Los niños estaban emocionados, no sabían a dónde los llevaría, pero confiaban en su maestra. Así que, en lugar de llevarlos a un parque de diversiones, Loris los llevó al parque cercano a la escuela, un rincón tranquilo y lleno de naturaleza.

- Niños, hoy vamos a descubrir el maravilloso mundo que nos rodea. Observen las plantas, escuchen los sonidos de los pájaros, sientan el viento en sus rostros y tomen nota de todo lo que les llame la atención - les dijo Loris.

Los niños, animados, comenzaron a explorar el parque. Descubrieron mariposas en las flores, crearon dibujos inspirados en las hojas de los árboles y tocaron la corteza de los troncos. Loris los observaba con cariño y entusiasmo, registrando en su mente cada detalle de la conexión única que los niños tenían con la naturaleza.

De vuelta en el aula, la maestra Loris invitó a los niños a compartir sus hallazgos. Uno a uno, los niños contaron historias de todo lo que habían visto y sentido. Compartieron sus descubrimientos con entusiasmo, tratando de describir con palabras todo lo que habían experimentado.

- ¡Fue maravilloso! - exclamó uno de los niños - ¡nunca había notado cuántos colores diferentes tiene una mariposa!

La maestra Loris sonrió con orgullo, sabiendo que el viaje mágico había cumplido su propósito. Los niños no solo habían aprendido sobre la naturaleza, sino que habían aprendido a observar, a escuchar y a expresar sus emociones.

Desde ese día, la maestra Loris continuó enseñando a sus alumnos con base en sus experiencias, siempre recordando el viaje mágico que los conectó con el mundo que los rodeaba.

FIN.

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