El viaje mágico de Lía y el unicornio

Lía era una niña dulce y creativa, con el pelo rizado marrón y grandes ojos marrones llenos de curiosidad. Le encantaba dibujar unicornios y soñaba con tener uno como su amigo.

Sin embargo, a veces se sentía frustrada y enojada cuando las cosas no salían como ella quería. Esto le causaba dificultades para relacionarse con otros niños. Un día, Lía encontró una caja de lápices de colores mágicos en el desván de su casa.

Al tomar uno de los lápices y dibujar un hermoso unicornio, este cobró vida frente a sus ojos.

El unicornio, llamado Brillo, le dijo a Lía que necesitaba su ayuda para encontrar el Arco Iris Perdido, que traería alegría y amistad a todos los niños del mundo. Emocionada, Lía aceptó el desafío y juntos emprendieron un viaje mágico. En su travesía, se enfrentaron a desafíos que pusieron a prueba la paciencia de Lía, pero con la ayuda de Brillo, aprendió a controlar su frustración y enojo.

Con determinación y valentía, superaron obstáculos y encontraron el Arco Iris Perdido.

Al regresar, Lía descubrió que su viaje había fortalecido su habilidad para relacionarse con otros niños, ya que ahora podía compartir su experiencia con ellos y crear lazos de amistad. A partir de ese día, Lía supo que, al controlar sus emociones, podía transformar su mundo y el de quienes la rodeaban.