El Viaje Mágico de Lucas Entre Bastidores



Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires. Lucas, un niño de ocho años, estaba muy emocionado porque aquella tarde iba a ver su primera obra de teatro. El gran teatro de la ciudad le parecía un lugar mágico, lleno de luces, música y alegría. Con su entrada en mano, entró al teatro y se dejó llevar por el bullicio de la gente que llegaba.

Cuando comenzaron a sonar las campanas que anunciaban el inicio de la función, Lucas se desvió un poco y, sin querer, terminó en los bastidores. Ahí todo era diferente; el ruido de la gente se transformó en gritos de emoción, risas nerviosas y el sonido de objetos moviéndose rápidamente.

- “¡Hola! ¿Estás perdido? ” - preguntó una mujer pequeña que vestía un overol y tenía un pincel en la mano.

- “Sí, me llamo Lucas. Vine a ver la obra, pero no sé cómo volver” - respondió el niño.

- “No te preocupes, soy Clara, la escenógrafa. ¡Ven, ven! Te mostraré cómo se hacen las cosas en el teatro.” - dijo Clara emocionada.

Lucas la siguió, asombrándose con cada rincón que exploraban. Clara le mostró las maquetas y bocetos que había diseñado para la obra.

- “Mirá, estos son los fondos que pinté para que el escenario parezca un bosque encantado” - explicó Clara.

- “¡Es increíble! ” - exclamó Lucas, sintiéndose como si estuviera dentro de un cuento de hadas.

Luego de un rato, Lucas se encontró en una sala llena de trajes brillantes. Allí conoció a Enrique, el vestuarista.

- “Hola, Lucas. ¿Ves esos trajes? Cada uno cuenta una historia” - dijo Enrique mientras le mostraba un disfraz de príncipe.

- “¡Ese es el más lindo! ¿Puedo probármelo? ” - preguntó Lucas con los ojos desorbitados de felicidad.

- “Claro, pero después tendrás que ayudarme a colgarlo” - sonrió Enrique, mientras Lucas se ponía el traje.

Durante su visita a los bastidores, Lucas también conoció a Martín, el sonidista. Estaba rodeado de cables y altavoces.

- “¡Hola, Lucas! ¿Quieres escuchar algo? ” - dijo Martín mientras giraba unas perillas. De repente, llenaron el aire de una espectacular melodía que emocionó a Lucas.

- “¡Qué genial! ¿Haces esto mientras la obra se presenta? ” - preguntó Lucas.

- “Sí, este sonido ayuda a que cada escena sea más mágica. La música y el sonido son tan importantes como la actuación” - respondió Martín, sosteniendo una guitarra.

Pero el tiempo pasaba volando, y Lucas empezó a preocuparse.

- “Chicos, si no encuentro a mi mamá, se va a preocupar mucho” - dijo, con un tono de angustia.

- “No te preocupes, vamos a ayudarte a encontrarla” - dijo Clara, con una gran sonrisa. - “Todos en el teatro somos un equipo, así que ahora también somos un equipo para encontrar a tu mamá.”

Decidieron hacer un anuncio usando el micrófono del teatro.

- “¡Atención, atención! Buscamos a la mamá de un niño llamado Lucas. ¡Por favor acérquese a los bastidores! ” - decía la voz del micrófono.

Lucas se puso nervioso y cálido.

- “¿Y si no viene? ” - preguntó, sintiéndose cada vez más ansioso.

- “No te preocupes. Tu mamá seguramente estará buscándote y la tenemos aquí en un lugar especial” - dijo Enrique, intentando calmarlo.

Finalmente, después de unos minutos que se sintieron como horas, Lucas escuchó una voz familiar.

- “¡Lucas! ¡Lucas! ” - era su mamá, que entró corriendo al área de bastidores, visiblemente aliviada.

- “Mamá, estaba con estos nuevos amigos. Me mostraron todo el teatro” - dijo Lucas, corriendo a abrazarla.

- “¡Qué aventura tuviste! Debes contarme todo después” - dijo su madre sonriendo.

Antes de despedirse, los nuevos amigos de Lucas le dieron un pequeño obsequio: una estrella de papel que representaba el arte del teatro y la creatividad.

- “Recuerda, Lucas, el teatro es un lugar mágico donde todos dan su parte para crear algo hermoso. ¡Siempre puedes volverte a perder entre bastidores si es para descubrir nuevas historias! ” - dijo Clara mientras Lucas se alejaba con su mamá.

Y así, Lucas abandonó el teatro con su madre, no solo habiendo disfrutado de una función maravillosa, sino también con un corazón rebosante de inspiración y el deseo de un día ser parte de esa magia.

FIN.

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