El viaje mágico de Mateo y su mamá



Había una vez en un bosque encantado, un niño llamado Mateo que vivía junto a su mamita en una pequeña casita de madera.

Desde que Mateo era muy chiquito, su mamita le enseñaba a querer y respetar la naturaleza que los rodeaba. Juntos cultivaban un hermoso jardín y cuidaban de los animalitos del bosque.

Una mañana soleada, mientras recogían frutas para el desayuno, Mateo le preguntó a su mamita:- Mamá, ¿por qué nunca salimos del bosque? Me gustaría conocer otros lugares. Su mamita lo miró con ternura y le respondió:- Hijo mío, este bosque es nuestro hogar y aquí encontramos todo lo que necesitamos para ser felices.

Pero si tanto deseas explorar más allá de los árboles, ¡vamos a hacerlo juntos! Emocionados por la aventura que les esperaba, prepararon una mochila con provisiones y se adentraron en el espeso bosque.

Caminaron durante horas descubriendo maravillas: cascadas cristalinas, flores de colores vibrantes y animales curiosos que saludaban al pasar. De repente, se toparon con un río caudaloso que les impedía seguir adelante. Mateo miró preocupado a su mamita. - Mamá, ¿cómo cruzaremos? Su mamita sonrió con calma y le dijo:- No te preocupes, hijo.

Siempre hay una solución para cada obstáculo en la vida. Entonces buscaron ramas fuertes para construir un puente improvisado y lograron cruzar el río sano y salvo.

Del otro lado del río encontraron un prado lleno de flores silvestres donde descansaron y compartieron una merienda entre risas. Al atardecer, cuando emprendieron el regreso a casa, Mateo abrazó a su mamita con cariño. - Gracias por enseñarme que fuera del bosque también hay belleza y aprendizajes nuevos.

Su mamita lo abrazó de vuelta y dijo:- La verdadera magia está en nuestros corazones. Dondequiera que vayamos juntos estaremos en casa.

Desde ese día, Mateo siguió explorando el mundo con los ojos llenos de asombro pero siempre volviendo al cálido refugio del bosque junto a su amada mamita; sabiendo que la mayor aventura era compartir momentos especiales con quienes más amaba. Y así vivieron felices para siempre entre árboles frondosos y sueños infinitos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!