El viaje mágico de Pepito por su cuerpo

Pepito era un niño travieso y curioso que siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras disfrutaba de su comida favorita, una deliciosa milanesa con puré, se detuvo de repente y se preguntó: "¿Qué pasa con la comida una vez que la como?"Intrigado por esta pregunta, Pepito decidió investigar más a fondo. Se puso en marcha y se adentró en el maravilloso mundo dentro de su propio cuerpo.

A medida que la comida viajaba por su boca hacia el estómago, Pepito se sorprendía al ver cómo era descompuesta en pedazos más pequeños para facilitar su digestión. "¡Guau! ¡Esto es increíble!" exclamó Pepito mientras observaba maravillado el proceso.

A medida que la comida continuaba su recorrido a través de su sistema digestivo, Pepito aprendió sobre la importancia de masticar bien los alimentos y cómo los jugos gástricos ayudaban a descomponerlos aún más.

Se dio cuenta de lo importante que era comer sano para mantenerse fuerte y saludable. De repente, llegaron al intestino grueso donde los nutrientes eran absorbidos por el cuerpo.

Pero justo cuando Pepito pensaba que lo había visto todo, ocurrió algo inesperado: un grupo de bacterias amigables comenzaron a trabajar juntas para digerir los residuos restantes y producir importantes vitaminas para su organismo. "¡Increíble! ¡Nunca imaginé todo lo que ocurre dentro de mí cuando como!" exclamó Pepito emocionado.

Finalmente, llegaron al final del viaje, donde los desechos no digeridos estaban listos para ser eliminados del cuerpo. Pepito comprendió entonces la importancia de beber agua y mantenerse hidratado para facilitar este proceso.

Lleno de asombro y gratitud por todo lo que acababa de presenciar, Pepito regresó a la realidad con una nueva apreciación por la comida y el funcionamiento interno de su cuerpo.

Desde ese día en adelante, cuidó más lo que comía y compartió sus conocimientos con sus amigos para que también pudieran entender la importancia de una alimentación saludable. Y así, gracias a su curiosidad insaciable y espíritu aventurero, Pepito descubrió un mundo fascinante dentro de sí mismo que nunca dejaría de sorprenderlo.