El Viaje Musical de Alma
Alma era una niña llena de energía y creatividad. Su amor por la música era contagioso, y siempre encontraba una melodía para acompañar sus días. En su camino, había sido afortunada de contar con varias personas que la ayudaban, entre ellas su psicóloga, la Dra. Valeria. Pero un día, Alma se enteró de que la Dra. Valeria no continuaría con ella.
"¿Por qué te vas, Dra. Valeria?" - preguntó Alma, sintiendo un cosquilleo en el estómago.
"A veces la vida nos lleva por distintos caminos, Alma. Pero estoy segura de que seguirás siendo una niña increíble" - respondió la psicóloga con una sonrisa cálida.
Alma se sintió triste, pero esa tristeza no duraría mucho. Se acercaba la Navidad, y su familia siempre hacía una gran celebración. El día de Nochebuena, estaba ayudando a su mamá a decorar el árbol.
"¡Mirá cuántas luces, mamá!" - exclamó Alma, mientras colocaba una estrella brillante en lo alto del árbol.
"Es mágico, ¿verdad? La Navidad siempre trae sorpresas especiales" - respondió su mamá, sonriendo.
Esa noche, rodeada de amor y risas, Alma se olvidó por un momento de su despedida. Cantó villancicos y bailó con su familia, sintiendo que la música la llenaba de alegría.
El Año Nuevo llegó con el sonido de fuegos artificiales. Alma hizo un deseo mientras miraba el cielo iluminado.
"¡Que este año traiga nuevas melodías y mucha alegría!" - susurró con los ojos brillantes.
Luego de unas vacaciones llenas de diversión y música, Alma regresó a los espacios que tanto le gustaban. Se sentía un poco nerviosa, extrañando a la Dra. Valeria, pero también emocionada por lo que vendría.
El primer día que volvió a terapia, vio a un nuevo rostro, una joven llamada Melanie.
"¡Hola! Soy Melanie; estoy aquí para acompañarte en tu viaje musical" - dijo la nueva terapeuta, mientras agitaba su mano con entusiasmo.
"¿Viaje musical?" - preguntó Alma, curiosa.
"Sí, vamos a explorar la música de muchas maneras. ¿Te gusta cantar?" - preguntó Melanie, sonriendo ampliamente.
"¡Me encanta!" - respondió Alma, entusiasmada.
Así comenzó una nueva aventura para Alma. Cada sesión era como un nuevo concierto, donde podían crear canciones, improvisar con instrumentos y hasta escribir letras. Un día, decidieron hacer una canción sobre la despedida y el cambio.
"Los cambios pueden ser difíciles, pero también traen oportunidades, ¿verdad, Alma?" - comentó Melanie mientras tomaban un descanso.
"Sí, como una nueva canción que nunca había escuchado antes" - respondió Alma, asintiendo con su cabecita.
Con el tiempo, Alma comenzó a sentir que cada despedida era una invitación a nuevas experiencias. En cada sesión con Melanie, aprendía no solo sobre música, sino también sobre cómo manejar sus emociones.
Un día, mientras trabajaban en un proyecto para un recital escolar, Alma tuvo una idea brillante.
"¡Y si hacemos una canción sobre las despedidas!" - dijo emocionada.
"Eso suena maravilloso, Alma. Las despedidas pueden ser tristes, pero también pueden abrir la puerta a nuevas amistades y aventuras. ¡Vamos a componerla!" - animó Melanie.
Juntas, trabajaron en la canción. En el recital, Alma subió al escenario con un brillo en los ojos. Mientras cantaba su nueva canción, sintió que la música le llenaba el corazón y que su nueva amistad con Melanie era un regalo que tampoco quería despedir.
Al final de la actuación, el aplauso resonó en la sala, lleno de apoyo y cariño. Alma sonrió, sabiendo que su viaje musical apenas comenzaba.
"¡Gracias, Melanie!" - le dijo al final, mientras se abrazaban con el público aplaudiendo.
"¡Juntas hacemos magia!" - contestó Melanie.
Y así, Alma aprendió que cada despedida era, en realidad, un nuevo comienzo. Con música en el corazón y alegría en su alma, sabía que su vida sería siempre una hermosa canción.
FIN.